Nuestra querida Frida Kahlo es una de las pintoras y artistas más destacadas y reconocidas en el mundo, si no es una de las mayores. Y si bien su arte y su estilo han cautivado, y aún lo hacen, a cualquiera, en esta ocasión no todo se concentra en sus pinturas, sino en sus objetos privados, ropa y accesorios que le otorgaban a Frida una personalidad única y cautivante.
La fotógrafa Ishiuchi Miyako se encargó de retratar unos 300 objetos personales con 60 años de historia, como los vestidos, los anteojos, el maquillaje, el corset y hasta la prótesis que utilizaba Frida. Miyako ha tenido un privilegio sin precedentes, el de acceder al mundo íntimo de la genial artista mexicana, cuando la Fundación Kahlo le encomendó fotografiar estas piezas en 2012. Cada uno de estos objetos muestran el lado más personal de la artista, su estilo, su rebeldía, su ideología, donde el arte siempre está presente, permitiendo una conexión con la persona común y corriente, más allá de la reconocida artista.
Los objetos de Frida permanecieron intactos y guardados en la entrañable Casa Azul en DF, como así lo había pedido Diego Rivera. La japonesa logró fotografiar con su cámara de 35 mm cada elemento que halló en la vivienda hoy convertida en museo, logrando esta colección artística inigualable cargada de historia y de cicatrices.
