
Durante tres noches con entradas agotadas, Andrés Calamaro se presentó en el Movistar Arena y desplegó una fiesta absoluta ante miles de personas que ovacionaron a uno de los artistas más queridos a nivel global. Las últimas fechas del tour serán el 6 de diciembre en el Hipódromo de La Plata, el 11 de diciembre en el Monticello Arena de Santiago de Chile y el 13 en el Santiago Rock de la capital chilena.
Con un repertorio conformado por 23 canciones, donde cada tema forma parte de nuestro ADN, Andrés Calamaro comenzó sus noches con “Crímenes Perfectos”, causando la emoción total de todo el Estadio. A través de un viaje espectacular donde todas sus letras son himnos, el consagrado artista interpretó “Cuando te conocí”, “Mi Enfermedad”, “Sin Documentos” y “Tuyo Siempre”.
Sus invitados de lujo fueron Chano y Bambi de Tan Bionica para cantar “Donde manda marinero”, Facundo Soto de Guasones en “El Salmón” y Pato Sardelli de Airbag en “Paloma”. Cada uno se fusionó con Andrés para enaltecer aún más sus perfectas noches y sus canciones.

El artista, estuvo acompañado por su gran banda integrada por German Wiedemer, Julián Kanevsky, Mariano Domínguez, Andrés Litwin, Brian Figueroa, Andrés Ollari y Pablo Fortuna. Durante los tres shows, su sello dejó huella en cada uno de los presentes que lo ovacionaron desde el primer acorde y desataron la emoción absoluta con aquellas canciones que hacía tiempo no sonaban en vivo con nuevos matices, pero con la misma energía y potencia de siempre.
Disfrutando de este momento extraordinario, y una exitosa gira que viene despertando la ovación en cada recinto, el poeta, trovador y cantante nos sigue sorprendiendo y haciendo felices con su arte.
Sus últimas fechas del año serán el 6 de diciembre en el Hipódromo de La Plata. Luego viajará a Chile, donde cuenta con presentaciones confirmadas los días 11 de diciembre en el Monticello Arena de Santiago de Chile y el 13 de diciembre en el Santiago Rock.

Un repertorio en constante movimiento…
El poeta Calamaro tiene la buena costumbre de modificar el repertorio en vivo cada temporada o dos, algo original para un aficionado taurino que, asimismo, encierra el concepto de improvisación y entrega de “la fiesta más culta”. Admirador de cantantes y toreros, cineastas americanos y novelistas franceses, AC se brinda en los escenarios sin trucos ni ayudas digitales y, junto con su banda de exquisitos músicos, ofrecen cada noche un espectáculo distinto en el arte arriesgado e irregular, tal y como lo aprendemos en las arenas, alberos y tendidos, y el Jazz.
Ya girando bajo el rótulo Agenda 2023 (año 2023), ofreció un repertorio que fue mutando hasta concluir en una serie de “himnos” de rock y despertando en las audiencias sentimientos expandidos. El público acompañó como en un “carnaval carioca el día de los muertos mexicanos”, como “una hinchada de fútbol intelectual y sensible”. Fueron más de cuarenta conciertos en otras tantas ciudades en España, Colombia, Ecuador, Panamá, Costa Rica, México, los Estados Unidos, Puerto Rico y Argentina; conformando así dos años (casi cien presentaciones) de giras intercontinentales que abarcaron España y las Américas en 2022 y 2023.

Quizás el fervor de los simpatizantes que mejor conocen la extensa obra oficial inédita del cantor motiven al músico a resucitar canciones de otros discos menos populares que las que bordaron la Agenda 2023. Calamaro es, probablemente, “El más grande artista musical desconocido en este idioma”. Audiencias mayormente jóvenes festejan canciones consagradas como Flaca, Mil Horas, Sin Documentos, Para No Olvidar, Estadio Azteca, La Parte de Adelante, Los Chicos o Media Verónica, pero en el espíritu de artistas como Andrés habita el concepto bohemio y el inconformismo: hablamos de un músico que intenta gustar y ofender como undécimo mandamiento. Gustar es más llevadero y ofender le supone ser fiel a sus orígenes en el rock n roll, la anarquía y el arte contemporáneo.
Agenda 1999 (tal y como se presentó el corriente año) hizo eje en las canciones del álbum Honestidad Brutal pero se conoce a AC como “enemigo público” de la nostalgia y por su apego a discos menos celebrados como Volumen Once y recovecos musicales menos populares o celebrados por la crítica. No obstante los clásicos siempre estarán presentes.
