Comenzó en mayo de 2004 siendo una fiesta mensual con temáticas diferentes: pero tal fue la repercusión con la propuesta, que sus creadores, Guido Paccini, Juan Bruno y Mariano Lopez, decidieron abrir Beliving todas las semanas. Una fábrica de los años 30 con techos altísimos, sillones Luis XV y alfombras persas, hoy es uno de los venues más cancheros y divertidos fuera de la Capital.
A lo largo de estos 7 años, Beliving logró captar al mejor público de la zona sur, gente linda que no estaba habituada a salir demasiado, pero que rápidamente conectó con este nuevo concepto, al que también entendieron las mejores marcas del mercado de la noche, apostando al potencial de un boliche lejos de la Costanera porteña, o los barrios de Palermo o Recoleta.
¿Cómo definirían a Beliving?
La gente lo define como uno de los lugares más lindos de Buenos Aires en su categoría. Para nosotros es un gran producto, un lugar con mucha impronta, que lo convierte en único. Hace 7 años nos había muchos lugares de ese estilo, menos en Buenos Aires. Hoy hay varios lugares que adoptaron una estética similar.
¿A qué le atribuyen no sólo la permanencia en zona sur, sino el crecimiento a lo largo de estos 7 años?
En principio a reinventarnos constantemente, vemos mucho qué pasa afuera, por donde va la tendencia, sacamos ideas que vamos aplicando todo el tiempo. Para los 7 años cambiamos rotundamente el estilo de los uniformes, saliendo del estilo clásico y pasando al arte. El uniforme del personal fue el punto de partida, lo próximo arranca en julio con presentaciones de arte en formato cocktail para que después la gente se quede a disfrutar de buenos DJs.
Hay muchos códigos de convivencia en Beliving, no se permiten drogas o tomar alcohol en exceso, tampoco las fotos, solo nuestro fotógrafo las saca, tampoco faltarle el respeto a la mujer. La gente elige el lugar por el respeto que se maneja, no es un lugar para todos. Siempre tuvimos en claro que lo que vendíamos era entretenimiento, servicio y pertenencia.
¿Cuál es el público promedio de Beliving?
La admisión es de mujeres mayores de 23 y hombres de 25, hay un promedio de 25 a 30 años. El ambiente es ABC1.
¿Cuál es la propuesta que lo distingue del resto?
La propuesta es el lugar, una vez que pasás la puerta y corrés el cortinado de pana negra, la gente siempre se pregunta que había antes acá? En el lugar funcionó una fábrica desde 1930 a 1980, nosotros logramos dejarle la esencia y que se note su historia. Techos de 6 metros de alto con una antigua lucarna, pisos de cemento alisado y paredes rústicas de ladrillo picado, alfombras persas, sillones Luis XV, combinado con una barra con las mejores marcas del mundo, buen ambiente y buenos DJs.
¿Cómo describirían la alianza con Miller?
La alianza con Miller en lo que va de estos 3 años, fue impecable. Nosotros quisimos tener a Miller ni bien llegó al país, en el año 2012, era la marca que faltaba en nuestro portfolio. Para nosotros era una apuesta y para MGD también lo fue. Estábamos apostando a una cerveza nueva en el mercado, líder en el resto del mundo, pero no sabíamos cómo iba a resultar acá, y para Miller era una apuesta aliarse a un lugar fuera de Capital Federal. El tiempo demostró que ninguno de los dos estaba equivocado, MGD logró posicionarse como la cerveza número 1 en noche, fiesta, DJs, y Beliving pasó a ser el lugar mimado fuera de Capital, todas las marcas lo quieren y logró año tras año seguir creciendo, siempre manteniendo la esencia.
¿Qué balance hacen del festejo por los 7 años?
Excelente, este fue un gran festejo sumado a que tocó Chiwy Baynaud que es el preferido de muchos de nosotros. Creemos que todavía tenemos mucho por crecer, siempre seguimos buscando nuevas ideas y tratando de saber qué es lo último. El púbico siempre se renueva y por sobre todo, es un momento de Lomas de Zamora en el que todas las marcas quieren desembarcar, hay mucho potencial por delante.
Qué es #loqueva?
Lo que va es hacer lo que te gusta.
Beliving está ubicado en Mitre 353, Lomas de Zamora
Fotos: Mariano Brusa Flow Producciones para Beliving