El 1 de octubre de 2004, cuando murió, un aviso fúnebre publicado por el The New York Times afirmaba “Sus fotografías de moda y sus retratos habían ayudaron a definir en Estados Unidos durante el último medio siglo, la imagen de belleza, elegancia y cultura”
Y es que Richard Avedon, nacido en NY el 15 de mayo de 1923, fue uno de los más grandes retratistas de todos los tiempos. Comenzó su carrera profesional en los años 1950 realizando espléndidos trabajos de moda para la revista Harper’s Bazaar, donde terminó convirtiéndose en Jefe de Fotografía. Luego colaboró con revistas como Vogue, Life y Look, y sin duda alguna, fue el gran fotógrafo de la moda durante los años 1960 y 70. En sus producciones consiguió elevar la fotografía de moda al rango de lo artístico, al lograr terminar con el mito de que los modelos debían proyectar indiferencia o sumisión. Por el contrario, en sus fotografías los modelos eran personajes libres y creativos en sus gestos dentro de escenarios dinámicos y bajo esquemas compositivos previamente decididos.
Sus retratos, aparentemente sencillos pero profundamente psicológicos, de personalidades famosas y desconocidas posando frente a un inmaculado fondo blanco, muestran a un cuidadoso fotógrafo capaz de plasmar en papel fotográfico rasgos inesperados de los rostros de personajes de la envergadura de Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe, entre muchos otros. Su método era sencillo pero efectivo, la derrota anímica del contrario fotografiado a través de largas y cansadas sesiones de hasta cuatro horas. Así desnudo, el retratado e indefenso era capaz de mostrar su personalidad más sincera.