Desde pizzas o donas, hasta el ratón Mickey. Variadas y divertidas estampas para pantalones híper cómodos, que sirven como pijamas o como una prenda de playa, para después del traje de baño. La premisa es estar cómodo, pero también ser productivo. Con esa idea Lucas Bruno y Nahuel Mazza crearon Peppers, los pantalones que la rompen en las redes, y en la vida real.
¿Cómo definirían el espíritu de Peppers?
Una prenda cuya intención es usarla en la comodidad plena, pero también en el desarrollo, es decir, estar cómodo no sólo en tu casa como si usaras un pijama, que de hecho puede ser un pijama, sino también en tu trabajo, estar cómodo y de manera productiva.
¿A qué publico están dirigidos los pantalones?
Cada pantalón y cada modelo es unisex, no están destinados a un sexo en particular, a veces los compartimos con nuestras novias. Y en cuanto a la edad, es un público muy amplio, nos vienen a comprar chicos con sus padres, flacos en edad estudiantil, hasta 30 años… No está limitado el público, no lo segmentamos para nadie en particular, entendemos que la comodidad es para todos y apuntamos a ello.
¿Qué nos pueden contar de las estampas y texturas de los Peppers?
En cuanto a las estampas y texturas, en el verano apuntamos a una tela cómoda, una tela fresca, para que sirva como pijama, o para estar en la playa tipo 7, 8 cuando baja la temperatura y querés tener algo más que un traje de baño. En invierno es una tela un poco más pesada y abrigada, teniendo en cuenta la estación. Y los modelos fueron surgiendo desde lo popular. El verano, y consultando a nuestros amigos, lo relacionamos con los alimentos, pizzas, helados, hamburguesas, donas. El invierno lo apuntamos a personajes que conocemos desde chicos, Mickey, el Pato Donald, Toy Story, Hakuna Matata, el rey León.
¿Cuál es el modelo más pedido?
Sin dudas las pizzas con fondo negro y las donas con fondo azul.
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Ya con una segunda colección en la calle, cuál consideran que fue la evolución de la marca?
Entendemos que hay una evolución en todo sentido, desde conocimiento nuestro en cuanto a lo textil hasta el desarrollo de imagen, haciendo un producto más profesional. Empezamos subiendo imágenes caseras sacadas con un celu y ahora lo hacemos con campañas de fotos, acciones comerciales con diferentes empresas. En sí, es un desarrollo más fuerte desde lo textil y la producción como el posicionamiento en redes sociales.
En este “prueba y error”, cuáles fueron las trabas u obstáculos que se encontraron ene l camino, y que no esperaban, y como los fueron sorteando?
Nos encontramos con no tener un lugar físico, que eso lo resolvimos con la mudanza de uno de los socios, que justo estaba alquilando un departamento en Palermo y nos sirvió de showroom y deposito, y después pudimos ir poniendo nuestros pantalones en diferentes retailers y showrooms de distintos puntos del país. Ahí sufrimos algún maltrato de estas personas, si lo ves como un obstáculo, que también lo pudimos resolver, como dejar 50 pantalones en un retailer de Córdoba, y después ver que las imágenes que subían o compartían en redes sociales no eran las que uno esperaba, pero bueno, vas aprendiendo en el camino a hacer más conexiones.
Y por otro lado el tema de la producción no es nada sencillo, tuvimos que buscar talleres, gente con conocimiento sobre la cuestión, porque tuvimos que mejorar la producción, la calidad final, ya que esa es justamente la intención, dar cada día un producto con más calidad o más detalles.
¿Qué importancia tienen la redes sociales en Peppers?
Toda!! En Peppers y en cualquier marca. El mundo hoy en día tiene una dependencia en todo sentido de las redes sociales, quien emprende o intenta desarrollar un proyecto está ligado si o si a las redes sociales, el mundo se maneja en las redes.
¿Dónde los encontramos o podemos ver su colección?
Nos pueden encontrar en nuestro showroom en Palermo, en Soler 5565 casi Fitz Roy, por ahora viernes y sábado de 17 a 21, y en nuestras cuentas de instagram y Facebook.
¿Qué es #loqueva de usar un Peppers?
Ser productivo y estar cómodo a la hora de ser productivo, permitirnos jugar mientras trabajamos seriamente.
