Después de la exitosa primera edición realizada a fines de mayo en Avant Garten, este domingo 16 de julio llega la segunda edición de la feria de vinilos Quiero ese disco. La cita será nuevamente en el arco 10 del ex Paseo de la Infanta, de 14 a 22, con muchos más discos, más estilos y mejor organización para las escuchas. Así nos adelantó Ariel Charec, DJ y productor (Unlock) y uno de los organizadores de este encuentro para amantes de la música y el sonido que solo se escucha en vinilo.
¿Qué siente un melómano amante de los vinilos al ver esta revolución del disco, no solo en Europa y en los Estados Unidos, sino también en Argentina?
Esta revolución del disco me parece un fenómeno netamente marketinero. Las mismas discográficas que en su momento hundieron el vinilo para abrirle camino al CD y posteriormente al formato digital hoy vuelven a fabricar cantidades récord de discos básicamente porque vender música digital ya no era negocio. Los discos estuvieron siempre. Hoy siguen estando sólo que tal vez con un poco más de exposición en los medios, con packagings más llamativos, ediciones limitadas archi especiales y consecuentemente precios mucho más altos. En ese sentido veo a esta revolución como algo negativo. Lo positivo es que mucha gente empezó a consumir este formato, algunos porque está de moda, pero otros porque de verdad aprendieron a disfrutarlo y coleccionarlo.
Para quién no la conoce, contanos de qué se trata la feria de vinilos Quiero ese disco, y cómo surgió la idea?
La feria surge principalmente de la necesidad de generar un espacio donde compartir música. Después de todo el quilombo de la crisis económica un montón de disquerías argentinas no tuvieron otra que cerrar sus puertas y entonces los consumidores perdimos ese espacio fundamental donde cada semana íbamos a pasar unas horas descubriendo música nueva -o vieja- y donde te encontrabas con un montón de otros fanáticos, colegas o gente que estaba en la misma. En la disquería se generaba una situación social espectacular y la idea de la feria era reconstruir un poco eso, con los extras de tener djs poniendo discos en vivo, cerveza y gastronomía y toda esa cosa más de bar. Me parece que es un combo perfecto.
El venue es Avant Garten, con lo que ya de por sí se le da una impronta muy Berlín (tu segundo lugar en el mundo, o primero?), pero para aquel amante de los discos que te lea, que diferencia Quiero ese disco de los recordados puestos de vinilos en Parque Rivadavia?
Bueno Berlín tiene una cultura altamente relacionada con el vinilo además de que tiene un montón de disquerías especializadas increíbles y me animo a decir que todas las ferias callejeras tienen por lo menos un puesto que vende discos. Más allá de eso, Avant Garten es un lugar muy ameno para hacer una feria de discos un domingo a la tarde. No da encerrarse en un galpón y el espacio es de verdad muy hermoso y absolutamente todos los que trabajan ahí se re coparon con el proyecto y nos ayudan mucho para poder llevarlo adelante.
La diferencia con otros puestos de vinilo u otras ferias es, ante todo, que acá los discos se pueden escuchar. Eso no pasa prácticamente en ninguna feria. En general los puesteros o disqueros son bastante cerrados con eso, no quieren que se demore mucho el trámite y tampoco quieren que les rompan los discos y eso es entendible. Acá la idea es hacer que el público pueda conocer cosas nuevas. Lo que más me gusta de ir a una disquería no es únicamente encontrar discos tremendos por mi cuenta si no que el vendedor, en base a los datos que yo le puedo tirar o fijándose los discos que ya me separé, me recomiende cosas nuevas. Y un poco acá queremos generar eso y para que eso suceda es necesario poder escuchar los discos. Entonces pusimos alrededor de 8 puestos de escucha. Para que todo sea prolijo tratamos de organizar las escuchas de manera que no haya una persona que se cuelgue en una bandeja mil horas, la idea es escuchar un poco y darle lugar al que sigue.
Otra diferencia creo que es la curaduría de los discos que se pueden encontrar en la feria. Convocamos varios vendedores de distintos estilos y a cada uno de ellos le pedimos que haga un buen filtro de lo que va a traer de manera que no haya clavos y podamos mantener un buen nivel musical. Asimismo, hacemos mucho hincapié en mantener los precios lo más baratos posibles. Estamos todos podridos de que en Argentina y sobre todo en Buenos Aires nos quieran cobrar lo que se les cante por un disco. ¡BASTA LOCO! Así que van a poder encontrar discos usados a partir de $150 y nuevos desde $350.
¿Cuál es el balance que hacés de la primera edición que se realizó a fines de mayo y cuál fue su principal contenido?
El balance fue increíble. Trabajamos muchísimo el día de la feria (y las semanas previas) pero fue muy gratificante. Se llenó de gente de todas las edades, todos juntos ahí revolviendo bateas, preguntando, escuchando, recomendándose discos entre ellos. Nosotros aprendiendo de las cosas que quizás no salieron tal como pensábamos y esperando mejorarlas en esta segunda edición. Personalmente me encantó ver chicos muy jóvenes muy informados e interesados por música más vieja, disco y funk.
¿Con qué nos vamos a encontrar en esta segunda Feria, el próximo 16 de julio?
Se van a encontrar con más discos, más estilos y mejor organización para las escuchas.
¿Qué evolución visualizás para Quiero ese disco?
El próximo paso es una feria de ferias. Algo más grande y con más contenidos, no sólo venta de discos y shows en vivo sino también charlas, entrevistas a referentes de la industria, sellos discográficos y demás. Un evento anual más grande a todo trapo.
El vinilo volvió a estar de moda… y se dice que el cassette también vuelve a sonar fuerte… Qué reflexión le cabe a estas tendencias vintage en materia de sonido?
Claramente hay una tendencia de volver a los formatos físicos creo que porque muchos se hincharon de guardar su música en un disco rígido (ya ni siquiera eso!) o buscarla a través de una pantalla y tocar con el dedo el track que querés reproducir. Se ve todo igual, no tiene ni siquiera olor a nuevo o a viejo, el arte de tapa mide 3x3cm… Yo que sé. En el fondo es un bajón pero es innegable la practicidad de lo digital. En fin, creo que en el fondo todos necesitamos atesorar algo tangible así que inviertan en vinilos, si eligen bien no se desvalorizarán en el tiempo y sin lugar a dudas les darán más de una alegría a lo largo de sus vidas 😛
Fotos y video: Lau Bacanal