La organización Royal Society of Public Health junto con la Universidad de Cambridge llevaron a cabo un estudio que analizó el comportamiento de 1.500 jóvenes británicos de entre 14 y 24 años respecto al uso que hacen de las redes sociales en la era tecnológica que estamos viviendo. Los resultados que han obtenido son sorprendentes y van a dar mucho que hablar.
En el estudio se analizaron varias redes sociales teniendo en cuenta hasta 14 factores diferentes. En rasgos generales, la investigación constató que los adolescentes invierten dos horas o más al día en chatear, colgar fotos y demás actividades de las redes sociales. La red social peor parada en este estudio fue Instagram, que sacó una nota negativa en 7 de los 14 factores estudiados. Explican que esta aplicación da una imagen de la realidad distorsionada y provoca en los usuarios una necesidad de compararse con “otras versiones poco realistas, en gran medida curadas, filtradas y modificadas”.
Las demás redes sociales analizadas se acercan peligrosamente a los resultados obtenidos por Instagram: Snapchat tiene unos efectos muy similares a Insta y Facebook promueve en alto grado el ciberacoso. Pero estos abrumadores datos no son nada comparado con las conclusiones finales a las que han llegado los investigadores: las redes sociales pueden resultar muy nocivas para la salud mental de los usuarios. El hecho de sentirse inseguro por las publicaciones que encontramos en internet puede afectar seriamente a nuestra autoestima.
Además se constató que un uso irresponsable de las redes sociales puede incidir en nuestras horas de sueño y provocar el desarrollo del síndrome FOMO (fear of missing out), que es esa continua angustia que sentimos al estar desconectados, pensando que nos estamos perdiendo algo interesante o importante. Y todo esto puede acabar derivando en el desarrollo de enfermedades psicológicas como depresión, soledad e inseguridades en general. Las personas adictas a las redes sociales “son más propensos a sufrir problemas de salud mental, sobre todo angustia y síntomas de ansiedad“, explica uno de los investigadores.
Por todo esto Shrley Cramer, directora ejecutiva de la Royal Society of Public Health, ha afirmado que las redes sociales “son más adictivas que los cigarrillos y el alcohol, y ahora están tan arraigados en la vida de los jóvenes que ya no es posible ignorarlos cuando se habla de sus problemas de salud mental“. Piden a los dueños de las redes sociales que implemente las medidas, como avisos y advertencias, para evitar que todo esto ocurra.