La primera exposición antológica de Leandro Erlich en Argentina, “Liminal”, que abarca un período de más de dos décadas de producción e incluye trece piezas seleccionadas por el curador invitado Dan Cameron, inaugura el 4 de julio a las 19 en el Malba.
La muestra ocupará el subsuelo y el segundo piso del museo, en un recorrido diseñado de tal modo que sugiere una narrativa subyacente y que conduce a los visitantes a una serie de encuentros que, por acumulación, van introduciendo dudas sobre la fiabilidad de su propia información sensorial.
Creador de obras que se caracterizan por jugar con la ilusión y la percepción humana, Erlich exhibió en la Usina del Arte la fachada de un edificio inglés que daba la sensación de que los visitantes estaban a punto de caerse, gracias a un inmenso espejo colocado a 45 grados, y también hizo “desaparecer” la punta del Obelisco, a través de un juego óptico, para colocar una réplica exacta abierta a las visitas del público.
El artista, que nació en 1973, cobró relevancia internacional cuando exhibió en 2001, en la Bienal de Arte de Venecia, una pileta por la que se podía caminar, y que aparentaba frente al espectador, la visión de estar nadando vestido debajo del agua, un hito que marcó su carrera y que lo llevó a exponer desde Nueva York hasta Japón.
A lo largo de las últimas dos décadas, Erlich ha creado un cuerpo de esculturas y grandes instalaciones en las que la apariencia arquitectónica de lo cotidiano funciona como una especie de trampa perceptiva: conduce al espectador desprevenido a una paradoja visual que desafía los presupuestos del orden y las reglas del mundo material.
En el universo paralelo de Erlich, las escaleras no llevan a ninguna parte, los ascensores no se detienen en su destino, los espectadores pasivos se convierten en participantes activos, las nubes adquieren nuevas características físicas y la solidez de los espacios edificados resulta ser una fugaz ilusión óptica, señalan desde el museo a través de un comunicado.
“El título de la exhibición refiere a una zona existente en el umbral de otro espacio e indirectamente remite a la posición de estar a punto de cruzar hacia, o entrar en un lugar o estado de existencia específicos, pero sin llegar nunca del todo”, explica el curador de esta muestra Dan Cameron.
Y prosigue: “Oscilar en el borde liminar de una experiencia sugiere que siempre estamos atrapados entre una realidad previa que ya ha sido dejada atrás y una nueva realidad que nos invita y está cerca, pero que nos deja varados si nos demoramos”.
La muestra “Liminal” abrirá sus puertas hasta el 27 de octubre en el museo de Avenida Figueroa Alcorta 3415, Ciudad de Buenos Aires, de jueves a lunes de 12 a 20 y los miércoles de 12 a 21 (martes cerrado). (Télam)
