Nacido en Mar del Plata, The Wine Bar (TWB) es un bar de vinos pensado y desarrollado para quebrar los estigmas relacionados al universo de la bebida emblema de nuestro país. Esta consigna motivó a tres socios a expandir su amor por el vino con la libertad con que ellos mismos lo disfrutan, y, por este motivo, decidieron instalar su segundo local en el corazón de Palermo ¿Su particularidad? Es el primer bar de Argentina que sirve el vino a través del sistema Wine On Tap o, bien, desde barriles.
Bajo el lema “Vino sin tabú”, TWB propone un acercamiento al vino desde su raigambre más sincera: sin poses, sin etiquetas y con la mente y el paladar abiertos para descubrir todo lo que el ritual de esta bebida atañe desde la concreción en boca hasta la experiencia de compartirlo.
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La clave es única: no hay límites. Animarse a salir del Malbec y el Cabernet Sauvignon para explorar un Cabernet Franc, un Criolla o un Tannat, sin miedo a las reglas del más experimentado. Asimismo, el espacio resulta un refugio para los #WineLovers: en él descubrirán etiquetas ignotas de bodegas boutiques para continuar conociendo la industria nacional.
El arribo a Palermo propone una experiencia integral basada en la sustentabilidad, la gastronomía y el arte. La finalidad es que el público se vaya del lugar con un conocimiento nuevo respecto a este apasionante mundo de la uva.
Sustentabilidad: el sistema Wine On Tap involucra un compromiso con la sustentabilidad. Minimiza los desperdicios, prolonga la conservación del vino por más tiempo, no requiere la producción de botellas y corchos para el envasado del producto, lo que contribuye, también, a la reducción del precio de cara al público. Asimismo, los locales TWB están construidos en su mayor parte con materiales reciclados o recuperados.
Gastronomía: basada en tapas de autor y street food, la gastronomía en TWB apunta al maridaje libre: los sabores los crea el cliente en su propio paladar. Además, cuenta con una carta sólida en aperitivos, cocktails y cervezas.
Arte: siempre apoyando al talento local, el arte se marida a través de la experiencia tripartita entre la gastronomía y el vino. Murales, DJs o bandas en vivo completan el ritual.