A principios de este mes se divisó en Tokio un espectáculo poco usual en una instalación desconcertante del colectivo japonés 目 (Mé). Titulado “Masayume” o “sueño hecho realidad”, la obra de arte espeluznante mostraba un rostro humano gigante impreso en un globo aerostático, que se lanzó sobre la ciudad el 16 de julio como parte del Festival de Tokio Tokio, un evento organizado para coincidir con el inicio de los Juegos Olímpicos.
Extraña e inesperada para la mayoría de los transeúntes, la pieza de un solo día se derivó de un sueño que el artista de Mé Kojin Haruka tuvo cuando era adolescente. “‘Masayume’ se llevará a cabo de forma repentina y sin previo aviso ni una razón clara, como una imagen que una niña japonesa de 14 años vio en un sueño, inhabilitando momentáneamente lo ordinario”, se lee en un comunicado. “La cara nos estará mirando desde el cielo en medio de esta pandemia. Es como si fuéramos parte del espectáculo“.
“Masayume” es una continuación de un proyecto de 2013-2014 titulado “Día con la cara de un hombre flotando en el cielo” que hizo flotar un globo blanco y negro similar sobre la ciudad de Utsunomiya, Tochigi. Cada una de las figuras anónimas representa a una persona real, y alrededor de 1.400 personas solicitaron que sus rostros asomaran sobre Tokio en esta ronda.