Muchas veces descripto como un mago, Alex Chinneck es sobre todo un director perfecto y un técnico excelente.
Sus instalaciones trastocan la arquitectura urbana y parecen provenir directamente de otro planeta. Ya sea que esté pelando una tira de cemento de un estacionamiento o volcando una torre eléctrica, sus trabajos son siempre espectaculares y requieren la habilidad de algunos ingenieros civiles. “Un know-how y socios necesarios para sus creaciones”, así Chinneck reivindica el doble oficio de director de proyectos y artista.
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