La jornada del domingo fue una celebración de la música: Arctic Monkeys, Lorde, Interpol y Juana Molina, entre muchos otros talentos, dieron todo en la primera edición del emblemático festival, dejando a todos con ganas de vivir futuras ediciones.
#PrimaveraSoundBuenosAires fue furor de principio a fin. El mítico festival catalán que tiene ediciones en Europa y, a partir de 2022, año de su vigésima edición, también en América, nos dejó una colección completa de experiencias increíbles y para todos los gustos en su primer ciclo local. Planteado en segmentos que brillaron por la calidad de la curaduría, con la apertura de Road to Primavera (el 14 de octubre), a cargo de Jack White, Pixies, Cat Power y Las Ligas Menores, la semana repleta de planes musicales en diferentes locaciones que fue Primavera en la Ciudad, y las jornadas de Primavera Sound del miércoles 9 con Bjork, Julieta Venegas, Javiera Mena y Feli Colina y de la jornada del sábado 12, encabezado por Travis Scott, Hernán Cattaneo, Father John Misty, Charli XCX, Mitski, Caroline Polachek y muchos otros, el debut de Primavera Sound en Argentina se despidió anoche ¿hasta el año que viene? con un cierre épico.
Promediando las dos de la tarde comenzaron a llegar las primeras tandas de asistentes, muchos de los cuales habían sido parte de #PrimaveraSoundBuenosAires los días anteriores y venían a descubrir los nuevos talentos que el festival reúne antes del horario de los artistas más esperados y populares. Al poco tiempo se repartieron en busca de sus primeros artistas elegidos del día: quienes querían comenzar con una nota punk a ver a Nena Genix en el escenario Nobody Is Normal o a los madrileños de Carolina Durante en el escenario Heineken; quienes preferían arrancar con un pop plagado de recursos electrónicos a moverse al ritmo de Shygirl en el Flow.
Alrededor de las cuatro de la tarde, hubo pasos apurados desde todas las direcciones hacia el escenario Samsung para vivir la experiencia del hipnótico show de Juana Molina, una de las artistas más queridas de la escena local. La maga de los loops embrujó al público con canciones de Halo (2017) como “Estalacticas” y “Paraguaya” y clásicos como “Eras”, coreado por sus fans. En paralelo, en el escenario Primavera, el conjunto de chicas oriundo de Japón, Chai contagió al público de la energía inconfundible del neokawaii, género del que son abanderadas indiscutidas. Con hits como “Action” y llenas de vibras positivas, las gemelas Mana y Kana, junto a Yuuki y Yuna, enfundadas en atuendos rosa chicle de neoprincesas se metieron al público en el bolsillo.
Por otro lado, los 107 Faunos, hicieron de las suyas en el stage Nobody Is Normal, donde se juntó el público ávido de disfrutar de las guitarras al frente a cargo de una de las joyas de la escena de rock local. Para los venían con ganas de electrónica, tomaron la posta Badsista y Valesuchi en el escenario Bits by Axion, y se lucieron como verdaderas maestras en invitar al movimiento.
Ya más entrada la tarde fue el turno de la icónica Phoebe Bridgers en el escenario Flow, que enloqueció a sus fans y sorprendió a quienes se acercaban a conocerla con un show catártico y emotivo en el escenario Flow. Muchos concurrentes se encaminaron hacia el escenario Heineken a asistir al show de Santiago Motorizado, frontman de la icónica banda argentina El Mató A Un Policía Motorizado, esta vez en formato solista y como siempre movilizando y conmoviendo con sus interpretaciones viscerales. En el escenario Nobody Is Normal, Juana Aguirre dio un show alucinante donde presentó su reciente lanzamiento Claroscuro. ¡A prestarle atención a esta gran artista local que viene en ascenso!
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En Bits by Axion llegó la hora de Sangre Nueva, con DJ Python, DJ Florentino y Kelman Duran. Quienes estaban con ganas de reencontrarse con los icónicos Interpol apuraron el paso hacia el escenario Samsung. Ovacionados por sus fans, llegaron al corazón de su frontman, Paul Banks, quien se tomó unos momentos para agradecer en español. Dieron un show donde no faltaron temas de su último disco The Other Side of Make Believe. En Nobody Is Normal, seguía la fiesta del indie nacional con Bestia Bebé, con un setlist completo y un show que dejó en claro por qué ocupan un lugar tan especial en la escena del rock.
Mientras la DJ Shanti Celeste agrupó a los amantes de la música electrónica y los puso a bailar con un set ecléctico y de alta energía, crecía la expectativa en el aire del otro lado del predio por una de las bandas más esperadas de la jornada y del festival. Arctic Monkeys salió a deslumbrar una vez más a sus miles de fans argentinos poco después de las 19 hs, en el escenario Flow mientras comenzaban a caer las primeras gotas e iban ganando en intensidad. Presentando The Car, su trabajo discográfico que vio la luz en septiembre de este año, el grupo comandado por Alex Turner, devenido crooner, dio inicio al show con “Sculptures of Anything Goes”, una de las canciones que componen este álbum de reciente estreno. La lluvia no daba tregua pero a nadie parecía molestarle, así de épico fue el reencuentro de la banda con su público local. La banda y la organización hicieron pausas para pedir cautela entre los asistentes que cantaban, bailaban y se lanzaban a poguear. Quienes asistieron a este impresionante show estuvieron entre los primeros fans del mundo en escuchar canciones del disco nuevo como “There’d Better be A Mirrorball” y “Body Paint”.
Además tocaron temas de Tranquility Base Hotel and Casino, el disco anterior, como la canción que le da nombre al mismo o “Four Out of Five”. Con una trayectoria extensa, los británicos deleitaron al público con canciones de todas sus facetas, haciendo infaltables como “Arabella”, “Cornerstone”, “Why’d You Only Call Me When You’re High”, “Potion Approaching”, y “Pretty Visitors”. El broche de oro llegó con “505”, la elegida de la banda para cerrar una visita emotiva que confirma su estrecho vínculo con el público local. Sobre el final del recital de “los monos”, fue el turno de la cantante, compositora, productora y DJ venezolana Arca, en el escenario Nobody Is Normal y en el Heineken, respectivamente.
Luego llegó el momento de Lorde, una de las artistas que marca el rumbo del pop actual, quien hizo un repaso por su carrera en un show luminoso y cargado de emociones en el escenario Samsung. La tormenta para este momento de la noche ganaba en intensidad pero Lorde dio todo para hacer que valiera la pena y su presentación fuera una verdadera fiesta, incluyendo interpretaciones de su último disco, Solar Power, y muchos de Melodrama, el anterior. Un show único con puntos altos como en “Perfect Places” y “Team”, así como con la infaltable “Royals”, el hit que la catapultó a la fama en todo el mundo. La energía entre los asistentes fue impresionante en lo que terminó siendo el cierre de esta gran jornada que no pudo continuar por la tormenta.
Para garantizar el mayor disfrute de los shows por las condiciones meteorológicas, la organización implementó modificaciones en la grilla que fueron anunciadas temprano el domingo, para no correr riesgos de que nadie se perdiera a sus artistas favoritos.
En un día que se sintió como varios por la diversidad y la magnitud de lo vivido, Costanera Sur fue una vez más sede de la fiesta inigualable que es el sello del festival Primavera Sound, pero esta vez en Buenos Aires. Música de primera, shows heterogéneos pero siempre con la máxima entrega por parte de los artistas, un gran clima entre los asistentes, lookazos -de los artistas y de los espectadores- que confirman el mito de Primavera Sound como un gran festival para los amantes de la expresión en todos sus formatos, los planetas se alinearon para que todo fuera perfecto.
Con un predio amplio y único en su especie en la ciudad, rodeado de naturaleza, 6 escenarios de primer nivel, y excelentes opciones gastronómicas, el balance para los asistentes fue el de un fin de semana inolvidable que puso punto final a una edición debut de antología para #PrimaveraSoundBuenosAires. Con una grilla diversa y colmada de lo mejor del talento actual, pensada con un espíritu disruptivo y curada para amalgamar propuestas locales e internacionales, consagradas y nuevas, conocidas y por descubrir, el festival contó con más de 100 actuaciones distribuidas en distintos puntos de la ciudad, convirtiendo a Buenos Aires en el punto de encuentro de lo mejor de la música contemporánea.