En la era de la globalización, la sustentabilidad emerge como un principio fundamental en la estrategia empresarial. La preservación de la diversidad y la productividad a largo plazo, con un mínimo impacto ambiental, se convierte en un imperativo para el futuro y el bienestar tanto de las empresas como de las comunidades. Aquellas compañías conscientes de esta necesidad están implementando medidas concretas y adoptando la sustentabilidad como un pilar central de sus operaciones. Este enfoque implica la mejora continua de los procesos para optimizar la producción y promover el crecimiento en armonía con la comunidad, beneficiando a toda la cadena. Es en este contexto donde destaca el avance de Bodega Viñalba, que ha obtenido la certificación para sus fincas en el Valle de Uco, una región de renombre mundial en términos de producción.
Bodega Viñalba demuestra su compromiso con la sostenibilidad y la calidad a través de prácticas ambientales, sociales y económicas en sus viñedos y bodega. Estas incluyen la conservación del agua mediante el reciclaje para usos como limpieza y enfriamiento, junto con un monitoreo constante de su consumo. Asimismo, se enfoca en el uso responsable de la energía, con metas de reducción para mejorar la eficiencia energética. En cuanto a la gestión de residuos, se implementan programas de reciclaje para materiales como vidrio, cartón y embalajes, así como compostaje de desechos orgánicos de la producción de uvas.
En los viñedos, se minimiza el uso de pesticidas y herbicidas, y se trabaja en una gestión responsable del agua y el suelo. Se promueve la preservación de la biodiversidad con corredores biológicos y pendientes para drenar el agua, la conservación de hábitats naturales y espacios verdes en la finca y la preservación de especies autóctonas para atraer insectos beneficiosos y vida silvestre.
El compromiso y la formación del personal son aspectos clave, con entrenamiento en prácticas sostenibles y fomento de su participación en la identificación e implementación de iniciativas para reducir el impacto ambiental. Este enfoque se apoya en un programa de mejora continua, que incluye la evaluación regular del desempeño en sostenibilidad, el establecimiento de objetivos de mejora y la colaboración con otros actores de la industria para compartir prácticas y soluciones innovadoras.
Sobre esta certificación Hervé Fabré, fundador de la bodega junto a su esposa Diane, puntualiza: “Viñalba nació del deseo de elaborar el mejor vino posible de una tierra que amamos, un lugar con diferencias de alturas y suelos que debe ser preservado minimizando los impactos de nuestras operaciones en el entorno y generando valor compartido con nuestros colaboradores” y agrega: “Nuestra ambición es que Viñalba se convierta en uno de los más excepcionales productores de vinos de la Argentina y un referente global del Valle de Uco, respetando los criterios de sustentabilidad que en el mundo hoy se reconocen como fundamentales ”.
De esta manera, la tecnología de vanguardia de esta bodega de alta calidad se combina con prácticas sustentables para asegurar que cada botella de Viñalba sea un testimonio del espíritu innovador y el respeto por la tierra y el medio ambiente.
Sobre la certificación de sustentabilidad
El Protocolo de Autoevaluación de Sustentabilidad Vitivinícola fue elaborado por la Comisión de Sustentabilidad de Bodegas de Argentina junto a un equipo técnico de representantes de distintas viñas e instituciones como el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo. La auditoría la realiza la OIA (Organización Internacional Agropecuaria). El Programa, provee a la vitivinicultura local en general con herramientas educativas y de sensibilización para incrementar la aplicación de prácticas sustentables en sus viñedos y/o bodegas, y medir y demostrar su progreso, con el objetivo de fortalecer la sustentabilidad ambiental, social y económica y la competitividad de la industria en el largo plazo.