Para los argentinos, la cerveza es un clásico al momento de compartir un buen rato con amigos, en pareja y en familia, o simplemente para relajarse después de un día de trabajo. Ahora, cada vez son más los que también la eligen para acompañar sus comidas.
Según datos de BevyBar, el nuevo e-commerce de bebidas, la incorporación de la cerveza como acompañamiento gastronómico es una tendencia en alza: con más de 60 variedades diferentes, existe una para cada tipo de plato.
La diversidad en el color depende del tostado de las maltas que se usen en la receta. Si son de bajo tueste, darán como resultado cervezas pajizas o doradas, en cambio, con el uso de maltas caramelo, se puede lograr una cerveza ámbar o cobriza. Y si se emplea un mínimo porcentaje de maltas tostadas, se obtiene una cerveza marrón oscura o negra.
Con una oferta tan amplia, potenciada por el desarrollo de las cervezas artesanales, los especialistas resaltan que se generó un nuevo modelo de consumidor, más curioso, que se anima a probar distintas opciones de acuerdo a la ocasión, con variantes en la clase de malta y el nivel de tueste que aportan su sello distintivo en color, gusto y aroma.
En este sentido, recomiendan pensar el maridaje en función de la intensidad de sabores. Para comidas livianas como ensaladas o vegetales, se sugieren cervezas suaves, mientras que para recetas más fuertes como salsas cremosas y bien condimentadas, la propuesta es animarse a cervezas con alto alcohol, aromáticas, con maltas más tostadas.
Finalmente,coinciden en destacar que creció el consumo de cervezas añejadas en barricas de whisky o de vino, porque son muy interesantes en su composición, y que al mismo tiempo resurgieron las “sour”, cervezas en las que fermentaron no sólo levaduras sino también bacterias, lo que produce una acidez particular, con aromas muy variados.
- Tips para elegir con qué cerveza combinar tus platos
- Para quienes recién comienzan a adentrarse al mundo de las cervezas, las de trigo no fallan, porque son muy livianas y refrescantes.
- Al momento de combinar bebida y comida, hay que buscar el equilibrio. La cerveza no debe pasar al plato ni viceversa. Ambos sabores deben encontrarse en la boca para generar una experiencia gastronómica más interesante que si estuvieran por separado.
- Para recetas livianas, es mejor optar por cervezas suaves, y para sabores más intensos, las aromáticas no defraudan.
- Pizza con cerveza, siempre. La cerveza tiene ingredientes similares a los de una masa de pizza. Por eso, al encontrarse en boca, realzan otros aromas y gustos ocasionando un disfrute mayor. Además, al tener gas, la cerveza limpia la grasa del paladar.