Blue Sheep presenta «La Pausa», su colección verano 2026

En un tiempo en el que todo parece acelerado, urgente, resuelto por algoritmos y respuestas automáticas, la pausa aparece como una necesidad. Una invitación a detener el frenesí de lo inmediato y recuperar el ocio como acto vital. Lejos de un vacío, la pausa es el respiro que abre espacio a la contemplación. Es el silencio fértil que devuelve la creatividad, el compás que permite resetear y volver al eje.

Frente a un mundo cada vez más inteligente y artificial, Blue Sheep propone volver a lo humano, a lo cotidiano que respira: un jardín, una siesta, un cielo cambiante. Un tiempo sin permiso, que se habita en profundidad, pero con pausa.


Blue Sheep x loqueva


La colección de Verano 26 se despliega a partir de esa búsqueda. A los clásicos de lino —como el los tops Ohara y Olympia — se le suman nuevas versiones en poplín de algodón. Una variedad de tipologías habitan este hiato: el pantalón Melvis, de calce relajado, el clásico Ine de amplitud generosa, el Pantalón Amancio, con líneas depuradas, todos se adaptan a diferentes momentos de la jornada. Los tejidos livianos aparecen en remeras como la Richie y Lorenza, prendas suaves que permiten el movimiento y habitan el confort. La sastrería en lino, como el conjunto Lucca de tres piezas, suma presencia que
convive con la naturalidad del verano.



El foco está en la colorimetría: tonos cítricos que iluminan, empolvados suaves que matizan y colores neutros que acompañan cada colección. La paleta va desde blancos, crudos, mostaza y desaturados, pasando por tintes vibrantes como el naranja, más verdes y azules, en toda su amplitud cromática. Se suman nuevas versiones de tonos tierra, como el ladrillo, caramelo, tostado y bordó, que combinan con rosados y orquídeas.

Se incorporan texturas visuales como las rayas a contratono y otras táctiles en tejidos de punto que enriquecen la experiencia de cada prenda. La colección suma siluetas livianas, vestidos de transición, faldas y camisas que funcionan como piezas clave para acompañar la temporada con sofisticación y frescura.



Se suman nuevas materialidades como el cupro y tencel en prendas versátiles que acompañan en varias ocasiones de uso. Cada fibra fue elegida por su carácter noble y su impronta sustentable. El cupro, de tacto frío, sedoso y origen regenerado a partir de fibras celulósicas; el tencel, fresco y biodegradable, se presenta en siluetas fluidas, con movimiento y presencia.

Más que un concepto, la pausa es una declaración. Un llamado a soltar el artificio, la lógica de lo excesivo y volver a lo esencial. A mirar lo inmediato con otros ojos, a encontrar en lo simple un territorio fértil para crear. Un verano que se abre paso entre el verde, el cielo y hacia adentro. Un momento que encuentra en cada pausa un movimiento posible.

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