
El Kuelgue cerró su 2025 con dos noches completamente agotadas en C Art Media, el sábado 13 y domingo 14 de diciembre, en lo que ya se convirtió en un clásico de fin de año junto a su público. Con la sala colmada ambos días, la banda volvió a jugar de local en Villa Crespo para despedir un año intenso, marcado por giras internacionales, festivales y un nuevo pico de popularidad que no resigna identidad.
La puesta en escena fue uno de los grandes protagonistas del fin de semana: el C se transformó en un salón de terciopelo rojo, arañas antiguas y una estética barroca que remitía directamente al universo visual de Barry Lindo, su nueva canción. A ese clima teatral se sumó la presencia de bailarines en distintos momentos del show, reforzando el carácter performático y lúdico que atraviesa la propuesta de la banda.

El universo visual se extendió más allá del escenario con un photo opportunity que rápidamente se volvió furor: un sofá antiguo, una alfombra roja y una pintura de la banda al estilo clásico, frente a la cual el público hizo fila durante toda la noche para llevarse su recuerdo. Un gesto que terminó de convertir a las dos fechas en una experiencia completa, pensada al detalle.
Musicalmente, ambos shows ofrecieron un recorrido amplio por la discografía de El Kuelgue, con espacio para la improvisación, los climas cambiantes y ese humor que tienen como marca registrada. Las canciones nuevas —Barry Lindo, Vos y La Mancha y Loquero Viejo— convivieron con clásicos coreados de principio a fin, reafirmando un presente creativo sólido y en movimiento.

El sábado, Carta Para No Llorar tuvo como invitada a La Valenti, mientras que el domingo estuvo An Espil (Nafta). Además, el primer show contó con la presencia de Cumbia Club, con quienes compartieron Circunvalación y Amores como el nuestro. Con dos funciones agotadas y una respuesta del público que no afloja, El Kuelgue volvió a confirmar por qué cada diciembre encuentra a la banda celebrando en casa.
