La banda de La Plata llevó al rock alternativo argentino a lo más alto llenando la enorme sala de conciertos de Villa Crespo.
El alarido de Santiago Motorizado, una de las gratas novedades de este milenio para la música nacional, capturó a las 15 mil personas que se dieron cita en el Movistar Arena en pleno fin de semana largo y justo antes que termine el Día del Padre. La sensibilidad de sus letras, la variada gama de ritmos y su especial habilidad para graficar con íconos, ilustraciones o video clips los conceptos desplegados en sus canciones, fueron sacándole a El mató a un policía motorizado el mote de banda de culto para ubicarla cada vez con mayor claridad dentro de los grupos más convocantes de Argentina. A 20 años del lanzamiento del primer disco homónimo, los cinco jóvenes de perfil indie que en 2004 aparecieron con un nombre rebuscado, sintetizadores y guitarras al frente, lograron darle masividad a sus ideas alternativas.
Lo de anoche fue un paso más en la consagración de multitudes. El 2023 incluyó dos shows agotados en el Luna Park, un Malvinas Argentinas a todo trapo y una frenética presentación de su último trabajo Super terror por todo el país, América y Europa. Este año fueron la banda de apertura de Interpol para su tour en Estados Unidos, y hasta se dieron el lujo participar del álbum tributo a los emblemáticos Talking Heads, siendo la única agrupación de América Latina que formó parte de este proyecto junto a artistas de la talla de Miley Cyrus, Paramore, Lorde y The National. El techo es el cielo.
El Arena Buenos Aires cayó rendido a sus pies. El inicio del espectáculo, bien de El mató, fue con luces apagadas, gris distorsión televisiva en las pantallas gigantes como en la era analógica y la aparición de la leyenda Super terror con letras de video juego retro. Esa misma estética Arcade que empaña toda la última obra de la banda nacida entre calles diagonales y sueños de trascender. Vaya si lo lograron. “Yoni B”, “Más o menos bien”, “Medalla de honor” y “El tesoro”, los hits de hoy, ayer y siempre que les permitieron abrirse paso hasta alcanzar la cumbre desde donde hoy se posan. El estadio repleto gritó con las mismas ganas las frases pesimistas de Santiago como esas que prometen un futuro mejor. La mezcla exacta que no para de hacerlos crecer.
