Desde Mar del Plata, El Último Médano presenta su segundo álbum “Amargo Chocolate”, una obra de diez canciones con la que el grupo afianza su sonido y se posiciona como una de las propuestas más frescas y novedosas de la ciudad costera.
Conceptualmente, Amargo Chocolate es un equilibrio sobre la tristeza y la felicidad dando ficciones y auto referencia a las líricas. El chocolate sirve como metáfora para describir la dualidad de un mismo objeto que es amargo en su primer momento y puede ser dulce en el proceso final.
El pop, el R&B y la música Disco se entrelazan en canciones inspiradas en igual cantidad por los grandes referentes del jazz como por el cine contemporáneo. Lo visual y lo poético destacan desde el génesis del proyecto, tanto en sus letras como en sus producciones audiovisuales.
“Amargo Chocolate” ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales.
El Último Médano nace conceptual y espiritualmente en 2015 luego de un viaje por India y Nepal, en el que Luciano León Liguori, artista visual, cantante y compositor de la banda, comienza a componer y crear música por primera vez. Lo cinematográfico y colorido predomina en la impronta artística del proyecto, gracias a la experiencia de León Liguori en el arte plástico pensando el proyecto como una extensión de su obra visual y teniendo como objetivo a largo plazo la multidisciplina del proyecto.
La lírica poética y contemplativa se ve complementada perfectamente con la producción musical de Teby Frontera, pieza fundamental. Luego del sencillo Seda Persa y una sesión en directo, El Último Médano afianzó su formación en 2022 y editó su primer trabajo discográfico, Planetas Chocan.
EUM compartió escenario con proyectos como Gativideo y Mi Amigo Invencible. En escenario, la música capitaliza lo performático de su frontman con bailes originales, expresión corporal y un imaginario único que une lo melódico, la puesta y la performer. 2024 es el año de Amargo Chocolate, nuevo disco y concepto que traerá frescura, imagen e instalaciones artísticas. Diez canciones nuevas, poemas, volúmen e introspección. La tristeza y la felicidad oscilan en las letras, como un yin yang constante.
