Al oírlo cantar, la piel se eriza. Ya de chico Fabro llegaba a notas tan agudas que lo ponían a cantar junto a las soprano en el coro de la escuela. Gracias a la abundante movida influencer global se animó a surgir en las redes con un cover de “A Puro Dolor” de Son By Four que tuvo no menos de 40.000 reproducciones en instagram y a partir de allí no para.
A tan solo un año en el país y gracias a su privilegiada técnica vocal, pudo captar la atención de otros músicos reconocidos como EMME (actriz, cantante e hija de Lito Vitale), Mery Granados, Josefina Silveyra, Stefano Marocco (semifinalista de la Voz México 2017), Ramiro Molina (guitarrista de Diego Torres), Axel Introini (tecladista de Tini Stoessel, Dante Spinetta, Catriel y Paco Amoroso), Francisco Alduncin (baterista de Soy Luna, Ca7riel y Paco Amoroso, Emme, entre otros) entre otros y ser el cantante principal del tributo a Luis Miguel “El Sol”. Además cuenta con la producción de Facundo Yalve (productor de Ca7riel, Wos, Paco Amoroso y Dakillah).
Drone nace buscando un trap, un R&B, quizás un rap, pero siempre manteniendo su base reggaeton que atraviesa a sus seguidores en el corazón. Para Fabro es importante que cada sonido de su música genere una sensación.
Primer Show Oficial: El artista se presentará el sábado 5 de octubre a las 13 hs en el escenario de la plaza Usina del Arte en el Festival Ciudad Emergente 2019 donde presentará sus dos singles –“Un Lugar” y “Drone”– y canciones inéditas que sorprenderán a los nuevos oyentes.
Las influencias de Fabro se centran en el R&B, pop, reggaeton, trap, baladas, pagode, funky brasileño, salsa (en la cual dió sus primeros pasos como cantante) y boleros. Dentro de sus artistas de referencia actual se encuentran Drake, Sech, Feid, Post Malone, Bad Bunny, Ty Dolla, Justin Bieber, e inclusive influencias brasileñas como Gaab y Ferrugem.
Fabrizio Bufalino Mora cuenta que Fabro surgió del apodo que le puso su equipo de fútbol de su ciudad natal, Puerto Ordaz, Venezuela. Desde muy chico se interesó por la música. A sus cuatro años ya estaba probando distintos instrumentos pero a los ocho años tuvo su primer acercamiento a la teoría musical. Para navidad pidió un teclado y su papá le enseñó sus primeros acordes. Desde ese entonces comenzó a tocar y a cantar. Además se anotó en el coro del colegio. A los once años comenzó a tener sus propios proyectos musicales junto a su hermano y primos pasando por distintos géneros desde el garaje hasta el reggaeton.
En ese momento comenzó a producir sus primeros temas de bajo presupuesto (con un mic y una computadora). El potencial en su voz se podía notar, por lo tanto al graduarse comenzó a tomar clases con uno de los tenores líricos más importantes de Venezuela –David Hidalgo– donde FABRO define que en ese tiempo descubrió su voz en todos los aspectos, y comenzó a explotar su capacidad artística. En 2018 decidió mudarse a Buenos Aires con el objetivo de aprovechar uno de los polos culturales de Latinoamérica.