“Hernán, ¿cómo estás? ¿Quería preguntarte si van a volver las Moonpark?” se escuchó el viernes por la tarde en el Teatro Ciudad de las Artes, en el marco de una charla organizada por Buenas Noches Producciones con Hernán Cattaneo y Nick Warren. “Mirá, para empezar Moonpark era una fiesta de una productora que ya ni existe, así que no sé” empezó respondiendo Cattaneo, haciendo referencia al cierre de Dell Producciones y 2Net Producciones luego de la trágica Time Warp del 2016. “Pero igual podés venir a las que hacemos ahora en Forja que te aseguro que son igual o mejores” cerró, para dejar tranquilo a un fanático que, si efectivamente fue a la doble presentación de este año en Forja, corroboró que su ídolo estaba en lo correcto.
Desde hace tres años que Hernán Cattaneo en conjunto con el trabajo de BNP, la productora de Córdoba encargada de llevar a cabo el show, realizan la mejor fiesta electrónica del país y en su tercera edición volvieron a confirmarlo. Podríamos decir que, a grandes rasgos, dos son los ítems que nos permiten decir esto: la música y la producción. BNP, encargada de lo segundo, viene haciendo desde hace tiempo, un trabajo que no solo le rinde buenos frutos, sino que genera identidad y pertenencia entre sus asistentes, casi que formando una comunidad.
Muchos son los carteles por la ciudad con la campaña “Respeto ante todo, respeto por todos” con la bandera LGBT de fondo, y desde este año también viene impulsando una gran concientización en cuanto al reciclaje en los eventos, con premios de hasta tickets de otros eventos para quienes reciclan gran cantidad de plástico. Pero no se quedan ahí, sino que hasta en colocaron carteles y pantallas anunciando la “bienvenida al show” en el aeropuerto de Córdoba o les regalaron a cuatrocientas personas la posibilidad de escuchar una charla de los DJs del evento, algo para nada habitual. Y eso que todavía ni hablamos de la fiesta.
Por tercer año consecutivo la fiesta que ofrecieron en el complejo Forja fue pensada y ejecutada al máximo de sus posibilidades. Un show de luces, visuales y pantallas que se movían por la pista, con bailarines en vivo dentro de trajes con luz y láser, sirvieron para demostrar que en Argentina no somos menos que nadie. Y lo mismo sucedió con el sonido.
Baños, médicos, puestos de hidratación, todo a disposición para que todos pudieran divertirse y cuidarse en simultáneo. Lo único a destacar, quizás, fue la gran cantidad de gente que hubo en la fiesta en comparación a años anteriores, donde el complejo no pareció estar tan lleno.
¿Y qué decir sobre la música? Se había generado un plus en cuanto a la expectativa, ya que el sábado se presentaría Nick Warren junto al argentino en formato back to back. Este show que año tras año llevan a Miami, Ámsterdam, Barcelona o Ibiza, hace años no pisaba suelo argentino. Y no defraudó. La primera noche podríamos sintetizarla como un homenaje al progressive house (música progresiva) del que ambos supieron ser, y son, referentes. Hernán le cedió a su compañero el protagonismo con el inicio y el cierre de la noche, “Nick para mi es una leyenda” había dicho el viernes por la tarde. No fueron sonidos y golpes demasiado enérgicos, sino más bien melodías y vocales armónicos con mucho groove para llevar a la gente, pero a un ritmo tranquilo ya que debían guardar energías para el domingo.
El domingo la gente se hizo presente en Forja desde temprano, ya que ambos días el ingreso estuvo habilitado desde las 19:00 hs. para poder experimentar todas las experiencias que brindaba el predio. “Afortunadamente la música casi nunca es un problema. Es decir, yo tendría que tener un muy mal día para hacer un show y que la gente diga “la verdad que fui y no me gustó nada” nos había contado Hernán en la previa de su doble presentación en Forja, y si casi nunca es un problema: esta vez tampoco lo fue.
Fiel a su identidad musical como le gusta decir a él, pero siempre actualizado y vigente, Hernán nos regaló una noche mágica y sentimental a todos y todas. Siempre progresivo, entreteniendo de a poco a la gente, fue soltando las primeras bombas al rato de haber comenzado, con una pista que para las 2:00 am estaba prendida fuego. El groove, uno de sus sellos característicos, pasaba por todo Forja barriendo a la gente, gracias a la acústica que presentan estos grandes pabellones, como sucedía históricamente en la Moonpark en Costa Salguero. Y quizás motivado el entusiasta que el viernes le había preguntado por el regreso de esta fiesta, volvió a poner un track clásico de la última edición realizada en septiembre del 2015: Walls, un remix de Guy Gerber
La noche fue de puro festejo y celebración, todos los presentes saben la importancia que tiene Hernán Cattaneo en el mundo de la música electrónica, y lo afortunados que son de poder escucharlo durante doce horas en un fin de semana, algo que ocurre en muy pocos países del mundo. En el cierre, como no podía ser de otra manera, apeló a sus héroes del pasado y así como en años anteriores fueron Cerati, Bowie, Depeche Mode o The Cure, esta vez fueron dos remixes de Bitter Sweet Symphony de The Verve y el último momento de la noche fue para New Order y los vocales de Blue Monday, con el video de la banda de 1983 en las pantallas.
El mejor progressive house del mundo, dicho por los premios DJ Awards que le otorgaron la nómina de mejor DJ del mundo en esa categoría en 2018 y 2019, y una producción que no tiene nada que envidiarle a Europa o Estados Unidos, fueron los ingredientes de un fin de semana inolvidable. Hernán Cattaneo en Forja suma ya tres ediciones y lo que quizás fue “suerte” en la primera, hoy en día es una realidad, y una máxima entre los adeptos de la electrónica en nuestro país: es la mejor fiesta del año.
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