
Con entradas agotadas y un estadio entregado de principio a fin, Trapicheo no fue un show más: fue una descarga emocional, una señal de que el género que lo vio nacer sigue tan vivo, crudo y potente como siempre.
Desde antes de aparecer en escena, ya se sentía que algo especial estaba por pasar. KHEA sorprendió a su público minutos previos a su show con “Almas gemelas”, un adelanto de su próximo EP “Tarot: del cielo al infierno ”, lo que hizo encender la expectativa entre luces tenues y visuales enigmáticas. Lo que vino después lo confirmó: una noche cargada de códigos propios, banda en vivo, y un público que no paró de cantar, saltar y responder a cada uno de los temas.
Durante más de una hora y media, KHEA recorrió los momentos más intensos de su carrera, combinando temas nuevos con himnos que ya son parte del ADN del género. También presentó “La Conecta ”, un release inédito que adelantó en exclusiva para el público de Obras. Con un público entregado y un sonido sólido, dejó en claro por qué es uno de los referentes más importantes de la música urbana actual.
El show abrió con visuales del icónico búho —símbolo del mixtape— y marcando un comienzo íntimo y poderoso. A partir de ahí, el recorrido no frenó: mashups con “Valgo”, “Blunt”, “Gelato 44”, “Oxicodona”, “100 o Mil”, “Young Flex” y muchos más mantuvieron la energía siempre arriba.
No faltaron los temas más coreados por su público: “Mamacita”, “Wacha”, “Tumbando el club” y “Mi cubana” desataron la euforia. “Estrellas en la noche”, en versión acústica, generó uno de los momentos más sensibles de la noche que iluminaron el estadio Obras. La parte final incluyó “Besame Remix”, “Tengo 30”, “El Don”, “Hitboy”, “She Don’t Give a Fo” y “Tu mensaje”, cerrando con fuerza y conexión total.
Trapicheo en Obras fue una experiencia contundente. KHEA mostró su versión más real, más directa, más propia. Sin fórmulas. Con la seguridad de quien sabe de dónde viene y hacia dónde va. Y con un público que respondió en cada momento, que no necesitó más explicación que la música misma.
Este show no solo celebró su camino: también confirmó que KHEA sigue siendo una pieza fundamental del trap argentino, no por nostalgia, sino por vigencia. Por todo lo que construyó y por cómo logra seguir moviendo a toda una generación.
Lo que pasó en Obras no fue una postal. Fue una declaración. Trapicheo no es solo un disco. Es identidad.