El Festival Coachella, que se realiza desde hace 18 años en Indio, California, no sólo es un hypeado encuentro anual con lo más vanguardista de la música, en sus diferentes estilos, con las celebrities e influencers del momento que ostentan sus looks más extravagantes, sino también con el arte que se despliega en el predio, desde este año, durante dos fines de semana.
Según destaca el sitio designbooom, las instalaciones creadas por los artistas británicos Joanne Tatham y Tom O’Sullivan son hasta ahora, las más grandes que se han construido en Coachella. Son 5 enormes figuras de animales, pintadas de colores vibrantes, que el pasado fin de semana, fueron estrellas y sumaron miles y miles de likes en instagram. “Queríamos hacer una especie de bestia sin identidad, casi como un personaje de cómic” afirmó O’Sullivan al portal de diseño.
El artista de Brooklyn Olalekan Jeyifous, en tanto, creó una instalación llamada Corona etérea, formada por una variedad de columnas que se elevan hasta el cielo. “La idea es explora la relación de lo terrestre con lo sublime”, cuenta Jyifous “como la unión de las personas en torno a la música y las artes”. “Éter corona” es un juego de palabras visual en la casa del árbol, la creación de un edificio inalcanzable por encima del paisaje.
El estudio Chiaozza, también con sede en Brooklyn, diseñó un paisaje imaginario con una paleta de colores pastel y fluorescentes. “Quisimos crear un baño visual, y explorar algo donde uno se pueda perder”, contó Adam Frezza a designbooom. En Jardin Chiaozza, hay esculturas de brotes de más de treinta especies que “crecen” alrededor de los campamentos, cada uno construido a mano. “Trabajos curiosos y optimistas que fomenten el sentido de la alegría”, concluye Frezza.
El artista brasileño Gustavo Prado, por último, hace referencia a la problemática migratoria con su instalación de numerosos espejos llamada “Lámpara junto a la puerta de oro”. Prado dispuso un conjunto de espejos redondeados que, en diferentes ángulos, reflejan la luz a medida que avanza el día. “Es una manera de presentar empíricamente cómo la mente interconecta continuamente diferentes fenómenos de personas distintas”, describe Prado.
