Un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, la Universidad Carleton y la Universidad de Colorado se asoció con el Servicio de Parques Nacionales para analizar cómo los sonidos de la naturaleza pueden tener efectos positivos en cualquier especie animal, como la disminución del estrés y el dolor, y mejora en el rendimiento cognitivo, en el estado de ánimo y mucho más.
Durante la investigación analizaron diferentes sonidos como el sonido del agua, de las aves o del viento. Los resultados mostraron que el sonido del agua tenía un mayor impacto positivo sobre la salud. Por su parte el canto de las aves aliviaba mejor el estrés y la fatiga, y también la sensación de irritación.
La importancia del sonido del agua puede estar relacionada con su necesidad para la vida y con la continuidad del sonido, ya que enmascara y oculta otros ruidos. Incluso su presencia en parques urbanos mejora el ambiente y hace más agradable el espacio.
Los investigadores esperan que su descubrimiento aumente la prescripción de paseos y excursiones cuya finalidad es escuchar la naturaleza. Además siendo conscientes de la importancia para la salud pública de estos espacios, recomiendan la creación de planes para su protección y conservación.
Los sonidos más saludables de la naturaleza
Canto de pájaros: Ideal para mejorar el estado de ánimo y aumentan nuestra energía.
El crepitar del fuego: Este sonido nos relaja, concentra y es ideal para meditar.
Movimientos de las olas: es la mejor conexión que se puede tener con la naturaleza, además de que posee energía sanadora.
La lluvia: estimula la hormona del sueño por lo que ayuda a dormir.
Río fluyendo: se recomienda escuchar cuando se está por emprender un proyecto nuevo.
Hojas de los árboles: dicen que son las voces directas de los árboles. Relajan, reconectan con nuestro espíritu y son ideales para aclarar nuestras ideas.