El atleta estonio de slackline y doble de riesgo de Hollywood, Jaan Roose, alcanzó un nuevo récord al ser la primera persona en cruzar a pie el estrecho de Messina, en Italia, que separa el continente italiano de Sicilia. Esta slackline fue la más larga jamás construida, de 3.646 metros.
Roose completó el recorrido en casi tres horas, superando así el actual récord mundial de distancia de 2.710 metros. Sin embargo, una caída en los últimos 80 metros le impidió establecer oficialmente un nuevo récord mundial.
El estrecho de Messina, un estrecho canal en el mar Mediterráneo, divide la región italiana de Calabria de la isla de Sicilia. Durante siglos, la idea de atravesar este estrecho parecía tan mítica como las leyendas descritas en la obra de Homero, “La Odisea”, donde los monstruos marinos Escila y Caribdis creaban peligrosos remolinos en estas aguas. Sin embargo, Roose se propuso convertir este sueño en realidad haciendo slackline entre dos icónicas estructuras de acero, los pilones de Messina.
El atleta explicó: “El estrecho posee un significado histórico y cultural que se remonta a miles de años, así como una belleza natural increíble. Si a eso le sumamos condiciones climáticas variables y fuertes corrientes marinas, ofrecía una oportunidad única y significativa para poner a prueba los límites del slackline”.
El miércoles 10 de julio de 2024, en la ciudad continental de Villa San Giovanni, Roose ascendió al punto de anclaje de Santa Trada, una torre de 265 metros que supera la altura del rascacielos más alto de Italia. A las 08:45 am, se subió a la cuerda floja para comenzar su travesía. Este desafío cubrió una distancia más larga que 30 campos de fútbol en una tira de tela palmeada de solo 1,9 cm de ancho.
Finalmente, después de recorrer el tramo más bajo de la slackline, unos 100 metros sobre el agua, Roose comenzó la etapa final: ascender 130 metros de elevación hasta el punto final en la torre Torre Faro de Sicilia, a la que llegó a las 11:42 am.
A sólo 80 metros de la meta, Roose se cayó de la cuerda. A pesar de haber recorrido una distancia que superaba el récord mundial anterior, de 2.710 metros, las reglas de la disciplina deportiva exigen que se realice un cruce completo sin caídas para validar un nuevo récord. Por esta razón, su caída en la recta final invalidó lo que habría sido un nuevo récord mundial.
Jaan Roose, de 32 años y oriundo de Estonia, es tres veces campeón del mundo de slackline y el único atleta que ha logrado completar un doble backflip en una slackline. Ha logrado otros numerosos récords mundiales y primeros puestos, incluido el de completar la slackline de un solo edificio más larga del mundo en Qatar. Sus notables habilidades se han mostrado en películas de Hollywood y representaciones teatrales, incluidas Assassin’s Creed (2016) y Wonder Woman 1984 (2020). Sin embargo, nunca había intentado algo tan audaz y exigente como el estrecho de Messina.
Una slackline es un equipo que se utiliza en este deporte, en el que una persona se mantiene en equilibrio sobre una tira plana y estrecha de cincha, generalmente hecha de fibras de Sk99, estirada firmemente entre dos puntos de anclaje. Esta actividad exige un gran equilibrio, concentración y coordinación. El highlining, que consiste en hacer slackline a una altura considerable sobre el suelo o el agua, se considera la cumbre de este deporte. Durante la travesía de tres horas, Roose no solo necesitó un equilibrio y una concentración extraordinarios, sino también una fuerza y una resistencia excepcional para soportar vientos de hasta 38 km/h y temperaturas que alcanzaron los 28 °C.
El proceso implicó un helicóptero que transportaba una cuerda piloto para guiar la slackline hasta su lugar, lo que la convirtió en la más larga de la historia.