Oasis: Primera noche histórica

Con un Estadio River Plate repleto, Oasis dio inicio a la etapa sudamericana del tour “Oasis Live 25 ”, que marcó la reunión más esperada del rock británico. Tras 16 años de ausencia en escenarios argentinos y luego de una separación que parecía definitiva, los hermanos Gallagher protagonizaron una noche histórica que recorrió todos sus discos, encendió la emoción colectiva y selló un reencuentro inolvidable con su público en Buenos Aires.

Oasis volvió a la Argentina después de una década y media y el estadio River Plate fue escenario para el ritual de reencuentro con un público fiel que nunca dejó de cantar sus canciones, una celebración masiva de una banda que dejó huella en varias generaciones. El show, producido por DF Entertainment, marcó el inicio de la etapa sudamericana del tour “Oasis Live 25”, que ya pasó por estadios del Reino Unido, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, México y Australia a puro sold-out.

Con los fans argentinos palpitando el fin de semana de sus dos shows en River durante meses, mientras caía la tarde, el Monumental se convirtió en punto de encuentro para distintas generaciones: quienes los vieron en los ’90 y los que crecieron escuchando sus discos con una pasión heredada, unidos por un fanatismo como quedan pocos en el rock.

Poco después de las ocho y media, con “We Love You” de los Rolling Stones sonando de fondo, la banda dio la señal de que el show estaba por comenzar. Luego sonó “Fuckin’ in the Bushes” (Standing On The Shoulder Of Giants, 2000), mientras las pantallas proyectaban un video con titulares de diarios sobre la reunión de Oasis, así como fotos y reacciones de fans en las redes ante la noticia. Los hermanos Gallagher tomaron el escenario desatando una ovación legendaria y se acomodaron para dar inicio a este sueño hecho realidad. La voz rasposa de Liam, el menor de los Gallagher, marcó el inicio con “Hello” y desde ahí el estadio no se sentó ni un segundo.

La primera parte del show estuvo marcada por una tríada de canciones de (What’s the Story) Morning Glory? (1995) , comenzando por “Aquiesce”, seguida por la propia “Morning Glory”, y “Some Might Say”. Después fue el turno de ir incluso más atrás en el tiempo, con “Bring It On Down”, “Cigarettes & Alcohol”, y “Fade Away”, y “Supersonic”, primeros en sonar de Definitely Maybe (1994), disco debut de la banda que redefinió el rock británico y dejó una marca que aún hoy retumba en estadios de todo el mundo.

En “Cigarettes & Alcohol”, Liam aprovechó para subir aún más la energía del estadio: le pidió al público que hiciera el famoso poznan , poniéndose de espaldas al escenario y saltando al unísono, creando uno de los momentos más vibrantes de la noche. Al retomar el micrófono, celebró la escena con un “that was f*cking biblical” que desató una ovación unánime.

Con el público saltando y cantando sin parar —coreando hasta las partes de guitarra–, llegó “Roll With It”, para elevar aún más las frecuencias. Por suerte vendría el momento de vivir en vivo la cara más sensible de Oasis, que abrió con “Talk Tonight” e incluyó “Half the World Away” y el himno “Little By Little”, una de las canciones que se escuchó más fuerte en las tribunas, el campo, ¡y los alrededores!

A lo largo del show, Liam no dejó de interactuar con el público argentino, a quienes definió más de una vez con una mezcla de humor, asombro y admiración: “Ustedes están locos ”, celebrando la intensidad con la que el Monumental acompañó cada canción. Entre bromas y guiños propios de su estilo, también lanzó: “Son los número 1, incluso sin el alcohol”, generando risas y aplausos.

Después de ese pasaje más introspectivo, volvió la potencia con “D’You Know What I Mean?” y el hit total que es “Stand By Me”, dos piezas claves de Be Here Now (1997) que fueron recibidas con toda la pasión de este público único en el mundo. Mientras la noche se acercaba a su final, “Cast No Shadow”, dedicada a la figura de Richard Ashcroft, y luego “Slide Away”, otro de los corazones emocionales de Definitely Maybe, aportaron condimentos infaltables al setlist.

El cierre del set principal llegó con “Whatever”, acompañada de un guiño a The Beatles con un fragmento de “Octopus’ Garden”, y una versión de “Live Forever” que reafirmó por qué esta banda marcó una época y a la música en general de una vez y para siempre. La previa del final llegó con una dedicatoria especial: antes de encarar “ Rock ‘n’ Roll Star”, Liam tomó el micrófono y anunció: “Esta canción es para Diego Maradona”, desatando una de las ovaciones más fuertes de la noche. “Rock ‘n’ Roll Star” fue el último estallido del set principal, una celebración absoluta de lo que significa estar arriba de un escenario y dejarlo todo.

El cierre fue apoteósico: “Don’t Look Back in Anger” unió a los 65.000 asistentes en un mismo coro de catarsis y emoción compartida. “Wonderwall” fue recibida como debe, como un himno, y no faltaron las lágrimas, los abrazos y los celulares iluminando el paisaje. Y “Champagne Supernova”, acompañada de fuegos artificiales, dejó una imagen imborrable en el cielo de Buenos Aires. Al despedirse, Liam cerró con un agradecimiento que resonó en todo el estadio: “ Gracias por estar durante tanto tiempo y por bancar a esta banda”.

Comentarios Facebook