La manera en que empezamos el día tiene más importancia de lo que pensamos. Influye muchísimo sobre nuestro humor y sobre la forma de afrontar situaciones estresantes. Estos hábitos, que te preguntarás por qué no los hacías antes, nos ayudan mantenernos enfocados sobre nuestras metas, ser positivos y tener en mente lo que queremos lograr con nuestras acciones.
1 Expresá gratitud
Cada día simboliza un día más de vida y esto nos lleva a un “gracias”. Todo lo que experimentamos y somos capaces de experimentar en este Universo es algo por lo que debemos estar agradecidos. Siempre hay algo por lo que estar agradecido, sólo hay que observar a nuestro alrededor. Si nos mantenemos agradecidos continuamente, no podremos evitar sentirnos bendecidos de tanta fortuna que tenemos.
No te quedés enganchado en lo que no tenés, porque eso te traerá decepción y sufrimiento. Puede que la vida que tenés no sea la ideal, pero en cualquier momento podés detenerte, ser consciente y reconocer lo que en verdad apreciás. ¿Se te hace difícil encontrar algo por lo que estar agradecido? Siempre podés ir a lo básico: “Gracias por la respiración porque eso me da vida”. Decilo o sentilo, no importa cómo expreses tu gratitud, siempre y cuando esté la intención de hacerlo.
2. Determina cuáles son tus intenciones del día
Nuestros pensamientos son los que construyen la realidad que percibimos. Si es que intentamos que algo ocurra, respecto a nuestro estado mental o una situación de nuestra vida, usualmente ocurre. Si queremos ser felices, hacemos lo que sabemos que nos ha hecho feliz antes o lo que pensamos que nos hará felices. Si queremos salir, física o emocionalmente, de un ambiente tóxico, comenzamos planes de movernos a otro lugar. Sin esa energía inicial de mover las cosas a una nueva dirección, nuestra situación nunca cambiaría.
3. Inhala y exhala profundamente. Repetir 5 veces.
Respirar es lo que nos mantiene vivos. Si dejáramos de respirar, nuestros corazones se pararían y moriríamos. Respirar es un acto sumamente poderoso y puede ayudarnos a crear consciencia sobre nosotros y nuestros actos. Respira lentamente, debes sentir tu tensión y estrés desvaneciéndose. Si querés, podés completar esto con aceites esenciales.
4 Sonreí sin ninguna razón, solo sonreí.
Sonreír es una de las armas más poderosas que tenemos. ¿Sabes lo difícil que es mantenerse mala onda o no sentirse bien, mientras sonríes? Toda esa seratonina y todas esas endorfinas inundando tu cerebro, químicamente curan la melancolía. Es una herramienta perfecta para comenzar un nuevo día. Se ha probado que sonreír reduce el estrés y mejora el sistema inmunológico. Así que, no dudes en sonreír.
5. Perdonate por los errores de ayer
¿Alguien podría decir que tiene una vida “perfecta”? Todos cometemos errores, acciones o reacciones de las que después nos arrepentimos porque sentimos que hubiera sido mejor si no lo hubiéramos hecho. El perdón nos beneficia a nosotros mismos, más que a nadie. De esta forma, dejamos de retener o guardar las causas de nuestro sufrimiento y las dejamos ser. Debes entender que fue un error, aunque no puedas cambiar el pasado, puedes crear un nuevo presente.
Todo está en constante estado de cambio, es lo único constante en la existencia. Podemos cambiar todo el tiempo, aunque no nos demos cuenta. No somos los mismos que ayer, hace un año, o hace una década. No debemos aferrarnos a algo que va en contra de nosotros mismos, ya que esto solo nos causaría sufrimiento. Todos hemos sufrido suficiente por alguna razón. No agreguemos sufrimiento innecesario a nuestras vidas. Date cuenta de tus partes “más oscuras”, entiende su naturaleza transitoria y déjalas ir.
Vía: The Mind Unleashed