
El social running llega como una nueva forma de conectar con otras personas, sin pantallas, sin filtros y al aire libre. Corona Cero acompaña con una propuesta que suma kilómetros y amigos: running + pizza en un sunset donde todo se celebra, menos quedarse quieto.
Cada vez son más los que se suman a esta tendencia: salir a correr en grupo, sin presión, con buena energía y con la mente (y el corazón) abierta. El social running llegó para quedarse, y no solo por salud, sino para generar encuentros reales, de esos que no se encuentran scrolleando perfiles. Correr se volvió una excusa ideal para conocer gente.
Este fenómeno, conocido como social running, no para de crecer en Argentina y está cambiando la manera en que nos vinculamos. Porque si vas a elegir con quién compartir una cerveza, mejor que sea alguien con quien también compartís el ritmo, el deporte y la buena onda de una salida en grupo.


¿Un nuevo código para los que están abiertos para conocer a alguien?
En Europa ya pasó con el famoso “ananá en el carrito del súper”: una forma silenciosa (pero muy efectiva) de decir “estoy disponible”. Muchos se encontraron así, y las historias no tardaron en viralizarse. Ahora, ese espíritu llega a las calles porteñas y a los parques más populares, pero con otro código: las zapatillas bien atadas, la mente abierta y finalizar con una Corona Cero para ir conociéndose. ¿El sabor? El mismo de siempre: refrescante, liviano, con notas cítricas y suaves, ahora sin alcohol. Ideal para quienes quieren seguir disfrutando sin resignar el ritual.




Corona se suma a esta movida natural y espontánea, donde el disfrute se da en movimiento y las conexiones surgen corriendo. Porque no hay mejor plan que salir a correr con extraños que quizás se conviertan en tus nuevos amigos. Y después, claro, una Corona bien fría para cerrar el match perfecto.
Corona Cero acompaña esta nueva forma de encontrarse: natural, sin presión y sin alcohol. Ideal para después de correr y seguir el plan con la cabeza despejada. Es la cerveza que podes tomar cuando todavía tenés mil cosas por hacer o cuando querés desconectar un rato y disfrutar.


