Agustina Giorgio es comunicadora social. En 2011 debió hacerle frente a una enfermedad y junto a su socia Francisca Hollman, como parte de su recuperación, cumplió el sueño de aprender a coser, dándole forma a unas pequeñas muñecas que nacieron con la idea de entretener a sus hijos y terminaron siendo protagonistas de la familia de las Rosauras. Ellas, junto a los Rosendos y los Ramírez, en su simpática mochila lograda con géneros nobles, siguen creciendo y ya son parte, no sólo de las redes sociales, sino también de la tienda del Museo de Bellas Artes. Te invitamos a conocer a esta familia que nació a puro corazón, con cero perspectiva de venta y promoviendo la reutilización de materiales, soñando así con un futuro más verde para los chicos.
¿Cómo arrancaron con este proyecto?
Empezamos en el año 2012, después de una operación importante que me hicieron, Francisca, amiga mía y hoy socia, empezó a venir a casa a visitarme en mi recuperación y empezamos a coser, más como una actividad terapéutica. Empezamos a hacer unos pajaritos y unas muñecas decorativas y gustó! y nos las empezaron a pedir amigos y conocidos. Decidimos armar una fanpage en Facebook y día a día notábamos que cada vez había más movimiento.
¿Por qué eligieron ese nombre para su marca?
Le pusimos ese nombre por la pava en la que tomábamos mate cuando estudiábamos Ciencias de la Comunicación en la facultad. Era una pava japonesa rosa divinísima que nos acompañó toda la carrera y cuando buscamos un nombre nos pareció lindo hacerle honor.
¿Te acordás de la primera Rosaura? ¿Cómo era?
Era re distinta, de arpillera, que eran unos géneros que teníamos en casa, más chiquita, con el tiempo las Rosauras empezaron a tener su propia historia e identidad y se fueron transformando en una muñeca que busca expresar la esencia de quien la recibe.
¿Cómo les gustaría que siga este proyecto? ¿Ya lo pensaron?
Nos gustaría que siga creciendo, disfrutamos mucho de lo que hacemos, sentarnos a coser, a diseñar, a tomar mate -ya no con Rosaura pava, pero sí con el acompañamiento de muchas Rosauras- y aunque nos implica mucha energía. Es una alegría enorme hacer cada una de las Rosauras y darle vida a los Ramírez. Además se vienen los súper Ramírez que serán nuestros súper héroes pero no convencionales, y “El teatro de los Ramírez” que es una especie de teatro de títeres en donde una pizarra será la estructura escenográfica que los chicos podrán crear con tizas de diversos colores.
¿Con qué redes sociales se dan a conocer?
Usamos fundamentalmente Facebook, no somos muy cancheras con las redes pero tenemos amigos y familia que siempre nos ayudan.
¿Creés que fue fundamental para el crecimiento de la marca?
Sí, totalmente, gran parte de nuestro crecimiento fue a partir de esa herramienta. También nos ayudó la posibilidad de salir en varias revistas. Rosaura se fue ganando sus seguidores. De todas maneras, creemos que fue clave la recomendación de las personas que nos conocían o nos compraban, y que la mayoría de las veces nos vuelven a comprar. Una vez que conocés Tienda Rosaura te imaginás a las Rosauras en el estudio de lo de tu tía, a los Ramírez en el cuarto de los chicos, a la Familia de Rosaura y Rosendo en el living de tu casa… una vez que Rosaura entra a tu vida la querés regalar a tus amigos y seres queridos.
¿Quiénes eligen las Rosauras?
En general mujeres de 25 a 60 años. Pero también hay en nuestro universo abogados que piden los Ramones o varones que les regalan a sus hermanas o hijos a sus mamás. Pero la mayoría son mujeres. En realidad son personas que valoran la sensibilidad de las cosas hechas a mano, con dedicación, esfuerzo, los productos no seriados sino pensados para el otro, que les gustan los materiales con los que trabajamos y la dedicación que ponemos en cada Rosaura o Ramírez.
¿Qué materiales utilizan? ¿Cómo los eligen?
Trabajamos con materiales reutilizados, telas, hilos, lanas, maderas. Usamos materiales nobles y duraderos. Como son telas muy pequeñas, generalmente nos las regalan, para ellos son de desecho, para nosotras un universo de creación, por eso trabajamos a partir de lo que tenemos y cada obra es única. Por suerte contamos con muchas personas que nos dan cosas muy muy lindas y cada vez se suman más.
¿A máquina o a mano?
Las dos cosas! Parte del proceso se hace a máquina y otra a mano. Es un trabajo muy artesanal, cada cosa que hacemos es única y no hay una igual a la otra.
¿Fue difícil lograr la perfección en la costura de cada muñeca?
En principio fue un desafío y eso nos gusta. Cada pedido es único y ahí reside la magia de Tienda Rosaura.
¿Por qué recomendarías a un niño tener uno de tus muñecos?
Porque hacen que los chicos se desconecten, para conectarse con el mundo. Y sobre todo, porque regalando algo reutilizado le estás regalando un futuro más verde, más limpio y, por lo tanto, más feliz.
Por Vicky Vidal
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