Con un Joaquín Levington encendido, el Teatro Coliseo fue testigo de un revival exquisito del primer disco de la banda, “Una pila de vida”.
Sus canciones se corean en las canchas de fútbol y muchos de sus hits son parte de la memoria colectiva de los argentinos. Tuvieron un ascenso meteórico desde sus comienzos, y a pesar de la abrupta separación en 2007 su público no los olvidó, hasta que en 2015 volvieron a juntarse. Parados sobre el carisma de un líder excéntrico e hiperactivo, Turf sigue escribiendo su historia, reinventándose. A 27 años de la salida de su primer trabajo discográfico, anoche llenaron el Teatro Coliseo y anunciaron una gira que los llevará por varias ciudades del interior, México y Europa.
Fue un recital dividido en dos partes. En el primer acto, lo anunciado: la recreación del disco debut “Una pila de vida”. Ejecutado con alta fidelidad a esa época dorada, cientos de fanáticos evocaron sus tiempos de adolescentes, mezclados entre jóvenes que acudieron por primera vez a un show de la banda. “Casanova”, “Crónica te ve” y “Paranormal”, las canciones más festejadas. Esa bruma de recuerdos de los 90 funcionó como excusa perfecta para la convocatoria del evento. Tanta expectativa generó la propuesta que, tras agotar entradas, Turf ya anunció una segunda cita en Niceto para el próximo 30 de agosto.
En la segunda parte se desató la fiesta. Levington sacó a relucir todo su manejo del escenario y dio una muestra cabal de cómo ese ardor de frontman desenfrenado sigue resistiendo al paso del tiempo. Los clásicos “Loco un poco”, “Pasos al costado”, “No me quiero casar” y “Magia blanca” convirtieron al recinto en una gran radio de hits cantadas en vivo. “Que suerte tener buenos temas, boludo”, dio Joaquín en medio de la lluvia de recuerdos musicales. Comprobando que la clave del éxito de Turf continúa intacta.