Influenciado por el impacto de la pandemia del Covid-19, un estudio de arquitectura presenta en la exposición de diseño cultural y creativo 2020 en Suzhou, China, la innovadora instalación “Cara a cara”, en la que se reutilizan más de 100 mil barbijos.
La exhibición es parte de un “pabellón de aislamiento social” más grande que explora las consecuencias de las medidas de cuarentena y su intención es reflejar el cambio que tuvo la mascarilla, que pasó de ser un simple accesorio de tela a convertirse en un elemento clave para combatir el virus. La imperiosa necesidad de controlar la pandemia en China dio lugar a un excedente de producción de mascarillas faciales, que fueron utilizadas para promover un mensaje sobre la salud pública, así como crear un monumento a los afectados.
La instalación cuenta con 80 cortinas compuestas por 117.539 barbijos. Cada perfil de cada cortina presenta una sección desprovista de máscaras, que crean un área vacía por la que los usuarios pueden caminar. El resultado es similar a una cueva con paredes de tela suave, luz difusa y sonido amortiguado proveniente del exterior de la exposición. El abstraerse de los sonidos del resto del pabellón, refleja la experiencia del aislamiento que aún se mantiene en muchas partes del mundo. El resultado es una atmósfera profunda muy parecida a la de una capilla.
“Sin escape”, envuelto en barbijos artista lucha por salir del círculo de distancia social