En su segunda función con localidades totalmente agotadas, Lenny Kravitz volvió a conquistar a su público argentino con un show vibrante y emotivo. Las paradas argentinas del “Blue Electric Light Tour” dejaron dos noches para el recuerdo que encuentran al artista más vigente que nunca.
Lenny Kravitz volvió a encender el Movistar Arena en la segunda noche de su paso por Buenos Aires con un doblete de shows producidos por DF Entertainment. Con la misma intensidad que la noche anterior, el músico ofreció una experiencia inolvidable donde el rock, el soul y el funk se fusionaron en perfecta armonía bajo la guía de una estrella como las hay pocas en el mundo.
El show comenzó con la fuerza de “Bring It On” y avanzó con éxitos como “Minister of Rock ‘n Roll” y la balada “I Belong to You”, con los que sentó las bases por una noche colmada de éxitos que continúan marcando generaciones. El furor se hizo sentir desde el primer momento, después de todo, el público local lo esperaba ansioso desde su última visita al país en 2019. Durante la noche, Kravitz presentó piezas de su reciente álbum Blue Electric Light (el doceavo de su carrera), donde demostró una vez más la plena vigencia de su proyecto y su talento para dominar la escena del soul rock, con canciones como el single más que pegadizo “TK421”, la emotiva balada “Paralyzed” y la electrizante “Human”.
El clímax de la presentación, llegó con una seguidilla de clásicos inmortales: “Again”, “Always on the Run”, y su icónica versión de “American Woman”, coronando una noche en la que no faltaron los solos de guitarras y las baterías estremecedoras, para recordar una vez más que Kravitz es un artista que ha sabido cautivar a su público en cada etapa de su carrera. El cierre estuvo a cargo de “Fly Away” y “Are You Gonna Go My Way”, canciones que encendieron nuevamente a la multitud en una despedida cargada de emoción.
Con un despliegue escénico impecable, una conexión única con sus fans, y una colección refinada de éxitos cosechados a lo largo de una larga y fructífera carrera, Kravitz reafirmó su estatus como uno de los grandes del rock mundial. Su paso por Buenos Aires será recordado como uno de los momentos más destacados del año en la música en vivo.