Desde el trágico genocidio de 1994, Ruanda ha estado sanando y creciendo como nación, y el comercio del café, en continuo desarrollo, ha traído la tan necesaria estabilidad y una vida mejor para muchos. Es así que el fotógrafo londinense Alan Schaller, realizó un viaje al país africano para registrar una serie de imágenes de esta actividad.
Schaller, y con la ayuda del Sindicato de café tostado a mano, retrató a varios de los seres anónimos responsables de la producción de café, que representa el 60% de las exportaciones de Ruanda y que es un sector fundamental para la economía local.
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