Polaroid Cube

Aunque Polaroid es conocida principalmente por sus legendarias cámaras instantáneas, lo cierto es que la compañía estadounidense lleva varios años explorando otros nichos del mercado licenciando su marca a diversos fabricantes. De ahí nace la Polaroid Cube, una pequeña y sencilla videocámara que se sitúa a medio camino entre un gadget de moda y una action cam.

Con un manual de uso muy humilde, lo que más llama la atención en la Polaroid Cube es sin duda su singular aspecto, muy alejado del de todas las cámaras de acción que conocemos. Polaroid huye del diseño espartano de las GoPro y del look futurista y deportivo que presentan las propuestas de Sony, JVC o Contour para ofrecer un producto original y llamativo.

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Y es que detrás del diseño de esta cámara, coronada por el mítico arcoíris marca de la casa, se encuentra el estudio Ammunition, responsable también de los característicos auriculares de Beats, firma recientemente adquirida por Apple.

La Cube es poco más que lo que se ve a simple vista: un pequeño cubo de 3,5 centímetros de lado equipado con un objetivo cuyo ángulo de visión es de 124 grados. Un angular considerable, aunque algo más moderado que el que suelen ofrecer la mayoría de las cámaras de acción del mercado, situado entre 150 y 170 grados.

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En la parte superior reposa el único botón del que dispone la cámara, lo que nos da una idea de lo tremendamente sencillo que resulta su manejo. Una pulsación larga para encender o apagar el dispositivo, un toque para hacer una fotografía y dos para iniciar la grabación de vídeo. Eso es todo lo que hay que saber para usar la Cube. Un pequeño LED junto al mencionado botón nos indica en cada momento el estado en que se encuentra la cámara mediante códigos de colores.

En la parte posterior encontramos una pequeña tapa que se puede abrir y cerrar con una moneda y que nos da acceso a la ranura para tarjetas microSD, a un selector para alternar entre la grabación de vídeo a 720p o 1080p y a un conector USB para cargar la batería. Esta última, por cierto, ha brindado una autonomía aproximada de 80 minutos en nuestras pruebas, ligeramente por debajo de los 90 minutos que promete Polaroid.

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En la base del cubo se encuentra el que sin duda es uno de los detalles más característicos de la Polaroid Cube. Se trata de un potente imán que permite adherir la cámara con fuerza a superficies metálicas: desde el capó de un coche hasta el manillar de una bici, pasando por un tenedor o un palo de golf.

Combinado con el ajustado peso de la cámara, de tan solo 45 gramos, este imán permite colocar la Cube en lugares realmente ocurrentes sin necesidad de usar otros accesorios.

La Cube es resistente al polvo, las salpicaduras de agua y los golpes. Dentro de su incipiente gama de accesorios, Polaroid ofrece precisamente una carcasa submarina para aquellos que quieran sumergirse con la cámara. También podremos adquirir varios soportes (de ventosa, para el casco y para el manillar), una funda para proteger la Cube de los golpes, un adaptador para trípodes estándar y un curioso soporte con forma de mono.

Tan austera como la oferta de accesorios para la Cube es la caja que la contiene, pues la cámara no va acompañada de serie por ningún tipo de soporte y el mencionado imán es el único modo que tendremos de sujetarla sin desembolsar más dinero. Un pequeño hándicap al que no estarán acostumbrados los usuarios de otras cámaras de acción, suministradas siempre con soportes o incluso fundas estancas (o por lo menos con una simple rosca para trípodes).

Que nadie se lleve a engaño: la Polaroid Cube no puede competir con una GoPro ni con una Sony Action Cam en el terreno de la calidad de imagen. ¿Quiere esto decir que los vídeos registrados con ella no son aprovechables? En absoluto. Más bien significa que graba como lo que es: un dispositivo pensado para divertirse y con un precio cercano a los 100 dólares. Ni más ni menos.

Capaz de grabar vídeo a 720p y 1080p, la Cube no destaca precisamente por su calidad de imagen. Pese a ello, ésta es suficiente para el uso por el que ha estado concebida: divertirse

Comparada con una GoPro o cualquier otra cámara de acción de gama alta, la Cube anda algo justa de rango dinámico, tiene tendencia a quemar las luces altas y el ruido campa a sus anchas por la imagen cuando la luz escasea. Además, la tasa de bits de los vídeos es bastante baja, por lo que cuando hay mucho movimiento en la escena o texturas complejas la imagen tiende a emborronarse un poco.

No puede competir con una GoPro ni una Sony Action Cam en calidad de imagen, si bien la nitidez es aceptable y los colores son vivos y saturados

Simplificando un poco se puede afirmar que la Cube tiene un rendimiento similar al que ofrece un teléfono móvil de gama media, ni más ni menos. Una calidad suficiente para subir vídeos a YouTube o reproducirlos en pantallas pequeñas, pero escasa si la intención es hacer cosas un poco más serias.

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Más o menos lo mismo se puede decir de las fotografías de 6 megapíxeles que permite capturar, y que muestran las mismas bondades y flaquezas que se observan en las capturas de vídeo.

La Cube es una cámara para llevar siempre encima, para grabar una fiesta, un concierto o un paseo en bicicleta

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El hecho de que no tenga pantalla, conexión Wi-Fi ni ningún tipo de posibilidad de conectarse a un smartphone para revisar las imágenes grabadas demuestra que pretende ser una cámara de uso diario, para llevar siempre encima y apuntar y disparar en cualquier momento, bien sea en una fiesta, un concierto o un paseo en bicicleta por la ciudad.

Fuente: quesabesde.com

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