Por Juan Pablo “Astilla” Dominguez
La grilla de la cuarta edición del Lollapalooza porteño trajo consigo algunos nombres sorprendentes como el de Tegan and Sara, una figurita difícil de conseguir por estos lares; para que comprendan, al día de la fecha ninguno de sus discos habían sido editados en el país. Anunciado su sideshow en Niceto, había pocos motivos para escaparle a la velada.
Veinte años de trayectoria, ocho discos de estudio y un puñado de hits lo suficientemente contundentes para al menos completar una hora de tu playlist en Spotify son motivos más que suficientes para avalar la propuesta de las gemelas Quin, que apenas pasadas las nueve y media subieron como si estuvieran en el living de sus casas al escenario de un Niceto a medio llenar. Con un humor deslumbrante, las muchachas dieron inicio con “Back in Your Head” de “The Con” (2009). Acostumbradas a reformular constantemente su propuesta, esta vez la banda estuvo conformada por un baterista, un tecladista y una bajista, suprimiendo casi por completo el uso de las guitarras. No es un detalle para nada menor: artísticamente inquietas, las gemelas readaptan su catálogo de acuerdo a su concepto musical del momento.
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“Hearthrob” (2013) fue el disco de quiebre del dúo, aquel donde sus intenciones Pop quedaron más al desnudo que nunca, y aquí fue presentado casi en su totalidad: ejecutaron nada menos que seis canciones consecutivas (“I Couldn’t Be Your Friend”, “How Come You Don’t Want Me”, “Drove Me Wild”, “Goodbye, Goodbye”, “I Was a Fool” y “Shock to Your System”) que midieron la reacción del público. La punkosa “Northshore” sirvió para electrificar el recinto que su cubrió de solemnidad con un mini set acústico (único momento donde fueron utilizadas las guitarras) de la mano de “The Con” y “Call It Off” más una breve interpretación de “Where Does the Good Go” en el que interactuaron las gemelas y el público.
Si en fotos y videos cuesta reconocer las caras de una y otra, en vivo la ecuación es bastante más sencilla: Tegan es quien posee un carisma encantador además de encargarse prácticamente de la totalidad de la faceta comunicativa. No por ello el papel de Sara es menor, sino que la complementación de las personalidades y de sus angelicales voces provoca que el show no sea uno más. Claro, no hay que olvidarse de las canciones y allí están “U-Turn”, “Boyfriend” y la energética “Closer” para demostrarnos que tienen habilidad para construir estribillos memorables.
Para el cierra se despachan con “100x”, “Walking With a Ghost” y “Stop Desire”, su actual hit, que si bien redondearon una noche encantadora, dejaron la sensación que hubieron al menos un puñado de temas que bien pudieron haber sido ejecutados. No importa, en ello también radica su esencia, tan natural y espontánea como cada una de sus sonrisas.
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