Rey de Copas: un brindis entre el arte y la coctelería

En un bar, la calidad de los cócteles es tan importante como el ambiente donde disfrutarlos. Estar rodeado de arte en una reunión de amigos o en una cita, potencia la experiencia y más cuando se trata de una colección de arte étnico y contemporáneo como la de Rey de Copas. Este bar, que atrae turistas nacionales e internacionales desde su fundación, en la primavera de 2012, es parte del circuito nocturno de Palermo, junto con los cercanos barrios De Villa Crespo y Colegiales, área de influencia de arte y la gastronomía actual de la ciudad de Buenos Aires.

En estos años, Rey de Copas, se mantuvo en constante cambio, mutando como si tuviera vida propia. Su arte cobra vida, brindando a cada visitante una experiencia cultural inigualable. El Rey despliega un lienzo lleno de arte e invita a un viaje de goce de los sentidos, llevándonos a nuevos mundos con su magia.

Un rey del tarot
El bar debe su nombre a la carta del tarot, un rey con una gran copa, símbolo de la creatividad, la libertad y la sabiduría, un líder de su propio destino. La experiencia inmersiva que propone el bar está en consonancia con este significado: con tan solo abrir la puerta, se puede viajar a otros mundos. Cada rincón es una pequeña puesta en escena en la cual la música, la iluminación, los objetos traídos de lugares remotos y las obras de arte, conviven y cuentan una historia. Los apasionados de la creatividad y la cultura encuentran en sus pequeños mundos de inspiración, un punto de encuentro y disfrute.

Copas y platos
La coctelería y la cocina también invitan a viajar por otros mundos. La carta de cócteles de autor está inspirada en el horóscopo chino y tiene dos caras que seducen a los apasionados de la mixología con su propuesta innovadora. La cara Yin, que representa los tragos dulces, suaves y refrescantes; y la cara Yang que representa los tragos fuertes, con alta graduación alcohólica, calóricos. Serian un total de 12 tragos, cada uno haciendo referencia a un animal del horóscopo, separados también por los distintos elementos. Entre los Clásicos del Rey, el trago emblema de la casa es el Rayo Verde, un gin tonic con almíbar de cardamomo y cedrón, entre otros ingredientes que inspiran con sus aromas y sabores.

Y ya que estamos en el año del Conejo, sigámoslo en su recorrido: su cóctel es un blend de ron infusionado en curry, con jugo de zanahoria, naranja y manzana, almíbar de jengibre y burrito. Además, Rey de Copas tiene una barra surtida, con distintos tipos de scotch, whisky, bourbon, gin, vodka y ron; y una buena variedad de vinos y espumantes.

La cocina también viaja. Hay platos de distintas culturas como las brochetas de langostinos al ajillo, de raigambre mexicana; el Karaage del rey, pollo frito al estilo japonés; y el salmón teriyaki, de inspiración asiática. Para los más clásicos no falta un buen bife de chorizo con papines al romero y una variedad de pizzas con originales toppings.

La colección de arte
Sebastián Páez Vilaró fue quien dio vida y forma al lugar, exponiendo sus obras en bronce y cobre repujados, técnica que adoptó desde joven como su principal método creativo. Desde jóven, Sebastián fue un ávido viajante, explorador e investigador de las culturas de otros pueblos remotos, así como del territorio rioplatense y el continente americano. De estos viajes provienen los objetos que dan vida a los ambientes del bar, en consonancia con el arte original creado por Páez Vilaró.

En Rey de Copas, la ambientación no es escenográfica, es una manifestación artística auténtica. Frescos contemporáneos, collages de vidrieras de los 70’s, tablones tallados del año 62’ en su paso por el continente africano, y objetos realizados con chatarra y metales.

Rey de Copas es más que un bar, es un mundo lleno de historias que despiertan la imaginación. Su coctelería está en sincronía con su ambiente único. Con cada copa una idea, con cada brindis un sueño. Una invitación a viajar a través del arte.

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