Entre amigos y cronopios fanáticos y con jazz de fondo, Miguel Rep llegó al Café Cortázar para charlar sobre “Una Biografía Rayuelística”, una selección de 35 años de la vida del escritor que nació como mural, terminó como libro y hoy se reinventó en una “petite muestra” (sic) compuesta por 16 ilustraciones.
Elegidas al azar por Rep, las mismas fueron reproducidas sobre papel artístico de 300 gramos e intervenidas a mano con acuarelas y exclusivamente para la ocasión por el artista. Enmarcadas con varillas de cuatro colores (amarillo, rojo, azul y verde), cubren una de las paredes del primer piso del Café siguiendo la lógica del libro y la forma de una rayuela, en la que cielo y tierra quedan desdibujados, saltando de un año a otro sin ningún criterio cronológico.
Rep en primera persona
“Leí un montón de biografías y traté de ser seco en la elección de los años y en la lírica: que las palabra no fueran floridas sino que fuera lo más periodístico posible”.
“Cuando tuve elegidos los 35 años de los casi 70, me di cuenta de que me aburría la línea de tiempo como relato. Se me ocurrió poner los 35 años en una bandejita y sacar por azar cada uno: y así salió, rayuelísticamente, el mural desordenado. Empieza en 1969 y termina en 1947. Tuve suerte de que no salieran años consecutivos. Lo empecé a dibujar y lo terminé en París”.
“El libro es simple, chico, muy gráfico, pero todo está pensado. De mural se transformó en libro y ahora en esta petite muestra que recorta en 16 los 35 dibujos. Y está bien que esté acá: si esta muestra estuviera en otro bar, no sería lo mismo. Todos los que estamos acá venimos por Cortázar”.
“Soy más querendón que lector de Cortázar. Soy más de Bestiario que de Rayuela”.
“Para mí Cortázar es adorable, buen tipo, solidario. Muy fácil de dibujar: lo tengo metido en la mano. Lo puedo dibujar a ciegas: no necesito ver fotos”.
“Creo que hoy celebramos eso: a un tipo luminoso en tiempos oscuros”
“Dije: pongamos todo el nombre, por eso Julio Florencio Cortázar. Nunca se usa, pero me pareció un hallazgo que no se explotaba. Pensé en decirlo todo sobre él, completarlo”.
“Él fue muy fotografiado, se entregaba a la foto. Fue como un Che literario”.
“Yo había dibujado a Cortázar muy esporádicamente en Radar. El primero que hice fue cuando descubrí la tremenda distancia que había entre ojo y ojo: los puse al Gordo y al Flaco en el medio”.
“No tuvo relación con los Beatles. Para el rock era un hombre viejo, el jazz era su banda de sonido”.